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Conoce los síntomas psicológicos y conductuales del Alzheimer

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Redactado por: Psicóloga Violeta Gutiérrez Solís

Maestra en Terapia Familiar.

La enfermedad de Alzheimer se caracteriza por ser muy heterogénea y manifestarse de diversas formas dependiendo de muchos factores. Incluso el inicio de este tipo de demencia puede variar: algunas comienzan con un episodio depresivo, otros con pérdidas de memoria y otros comienzan con cambios conductuales. Se considera a la demencia tipo Alzheimer como una enfermedad muy complicada de afrontar por las familias por el deterioro progresivo que produce y porque actualmente no contamos con ningún instrumento que nos permita detener su curso, es una enfermedad que no tiene cura y es irreversible. El Alzheimer cada día afecta a más personas: el envejecimiento de la población está haciendo que esta enfermedad gane mucho peso en la jerarquía de los problemas de salud pública. En este sentido, es importante aprender a detectar esta enfermedad de manera temprana para intervenir lo antes posible y así ralentizar su progresión en la medida de lo posible.

Síntomas psicológicos en la enfermedad de Alzheimer

Los síntomas psicológicos están presentes en la mayoría de las demencias, incluida la demencia tipo Alzheimer. Es muy importante aprender a detectar los cambios y señales que podrían apuntar a una demencia. La depresión y apatía son los síntomas más comunes y los primeros en aparecer, pero el abanico de síntomas psicológicos es muy amplio. Las causas por las que aparecen este tipo de sintomatología son variadas, siendo un compleja interacción de causas biológicas, ambientales y psicológicas. Estas alteraciones psicológicas provocan un gran sufrimiento, tanto en el paciente como en los familiares. No solo estos síntomas son perjudiciales en sí mismos, sino que además agravan las alteración cognitiva y funcional.

Los siguientes son algunos de los síntomas psicológicos que pueden aparecer:

Alteración del pensamiento: delirios de robo, abandono y perjuicio. Fabulaciones sobre el pasado.
Ilusiones y alucinaciones: percepciones distorsionadas o falsas. Pueden ser visuales, auditivas, olfativas…
Depresión: ánimo triste, anhedonia, abulia.
Ansiedad: sentimiento de pérdida de control.
Euforia: ánimo exaltado sin razón aparente que puede traducirse en carcajadas exageradas o alegría desmesurada.
Apatía: es uno de los síntomas más comunes. Falta de interés o motivación por actividades que antes le interesaban.
Irritabilidad: mal humor, cambios de humor injustificados.

Síntomas conductuales

Además de los síntomas psicológicos, en adición al deterioro cognitivo y funcional también pueden aparecer alteraciones de la conducta. Estos últimos son los de más difícil manejo por parte de las familias, ya que en ocasiones causan frustración  y sufrimiento. No aparecen en todos los pacientes, pero sí en gran parte de ellos a medida que avanza la enfermedad. Estas conductas pueden estar demandando alguna necesidad que no es capaz de expresar como resultado de la alteración cognitiva, por lo que también es importante intentar interpretarlos.

Al igual que los síntomas psicológicos, no aparecen siempre los mismos ni en la misma magnitud. Son varias las alteraciones conductuales que pueden aparecer como por ejemplo:

Agresividad: suele tratarse de oposición o resistencia injustificada para recibir los cuidados.
Desinhibición: falta de tacto social que puede aparecer en el lenguaje utilizado o en expresiones corporales y otras conductas.
Hiperactividad motora: es muy común en este caso la deambulación, que consiste en caminar sin un objetivo.
Vocalizaciones repetidas: la repetición de palabras o sílabas sin sentido y que carecen de un significado.
Alteración del sueño: la alteración del ciclo sueño-vigilia, por ejemplo, presentando somnolencia por el día e insomnio nocturno.
Aumento o disminución del apetito: se puede dar hiperfagia o anorexia. Es muy común el gusto por alimentos dulces, comiéndolos de manera compulsiva.
Tratamientos no farmacológicos para estos síntomas

La exposición de los diferentes síntomas psicológico-conductuales (SPCD), son muy diversos y de diferente gravedad. Existen tratamientos que van específicamente dirigidos a actuar sobre los SPCD y otros, que aunque no sea su principal objetivo, producen efectos beneficiosos de manera indirecta. La mejora a este nivel disminuye la carga del cuidador principal.

Algunas de las terapias no farmacológicas que han demostrado ser beneficiosas son:

Estimulación cognitiva grupal: la implicación en actividades que promueven el contacto social con otros tiene efectos beneficiosos. La mejora del estado cognitivo también tiene una influencia positiva.
Educación del cuidador: se trata de proporcionarles estrategias de afrontamiento y de manejo de los síntomas. Se hace una valoración individualiza para la detección de problemas y solución de los mismos. También se les proporciona información acerca de la enfermedad para que sepan en todo momento en qué estadio está el paciente, con qué se puede encontrar y cuál es su curso esperable.
Intervención conductual: mediante un análisis de los antecedentes y consecuencias y la posterior modificación de la conducta. Utilizando refuerzo positivo, evitación y otras estrategias de modificación de la conducta.

 

Contacto: Teléfono 6484694143

Facebook: Psicóloga Violeta Gutiérrez

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25 de noviembre: Día Internacional de la No Violencia Contra la Mujer

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Redactado por: Psicóloga Violeta Gutiérrez.

El origen del 25 de noviembre en tanto fecha de conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer se remonta a 1960, año en el que las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal fueron brutalmente asesinadas en República Dominicana por su activismo político en oposición al gobierno del dictador Rafael Leónidas Trujillo. Las hermanas Mirabal, apodadas “Las Mariposas” por ser éste el nombre utilizado por Minerva en sus actividades políticas clandestinas en contra de la tiranía trujillista, se convirtieron en el máximo exponente de la violencia contra la mujer en América Latina.

El 25 de noviembre fue la fecha elegida por el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe celebrado en Bogotá Colombia en el año 1981, para conmemorar sus vidas y promover el reconocimiento mundial de la violencia de género. La comunidad internacional no había observado de manera explícita las alarmantes dimensiones de la violencia contra las mujeres a escala mundial hasta diciembre de 1993, fecha en que la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Hasta ese entonces, la mayoría de los gobiernos consideraba a la violencia contra las mujeres como un asunto privado entre particulares y no como un problema generalizado que afecta y conculca gravemente los derechos humanos, y que requiere la intervención de los Estados como responsables de la protección, prevención, control, detección y sanción de toda forma de violencia por razones de género. La violencia de género es un problema social de grandes dimensiones, producto de una organización estructurada en relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y varones que responden a patrones sociales y culturales profundamente arraigados en la sociedad y que atraviesa sin distinción todos los niveles económicos, culturales y educativos.

La violencia atenta contra la libertad y los derechos humanos, y provoca daños, sufrimiento y/o muerte en cada mujer que la padece. Las principales manifestaciones de violencia contra la mujer son las lesiones personales, el homicidio, la violación, el abuso y acoso sexual, la trata de personas, la prostitución, el secuestro, la tortura y las diversas formas de discriminación; toda forma de exclusión o limitación contra la mujer por razón de género que afecta y menoscaba el reconocimiento y el ejercicio legítimo de sus derechos. La discriminación constituye un atentado al derecho a la igualdad que existe entre mujeres y hombres y un desconocimiento de la equiparación de los derechos políticos, civiles, económicos, culturales y jurídicos que existen entre ambos.

Un caso particularmente dramático de la violencia social lo constituye la violencia doméstica en sus diferentes expresiones (física, psicológica, sexual, económica o patrimonial), y pese a que es sabido que sucede de manera habitual, no se menciona, pues la sociedad no concibe al hogar como un espacio privado de afecto y amparo. Estudios e investigaciones llevados a cabo por distintos organismos internacionales indican que las situaciones de violencia familiar se concentran en forma especial en las mujeres, y aportan datos recogidos a nivel mundial que reflejan que al menos 6 de cada 10 mujeres es o ha sido agredida por su pareja.

Según la Organización Mundial de la Salud, casi la mitad de las mujeres que mueren por homicidio son asesinadas por sus maridos o parejas actuales o anteriores, porcentaje que en algunos países se eleva hasta el 70%. Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo da cuenta que entre un 35% y más de un 70% de las mujeres latinoamericanas dependiendo del país donde viven, sufre algún tipo de violencia en el hogar. Más aún, un estudio realizado por el Banco Mundial muestra que uno de cada cinco días activos que pierden las mujeres por problemas de salud resultan de las manifestaciones de la violencia doméstica. La violencia de género también afecta directamente a las niñas, cada año, millones de ellas son mutiladas genitalmente, además de ser víctimas de selección del sexo, abortos forzados e infanticidio. Una de las violaciones de derechos humanos más grave es la trata y el tráfico de mujeres y niñas, que está directamente relacionada con las desigualdades de género y las causas socioeconómicas, las políticas restrictivas a la inmigración y la pobreza. Según la Organización Internacional del Trabajo, la trata con fines de explotación económica o sexual afecta alrededor de 2,5 millones de personas en el mundo cada año. La mayor proporción son mujeres que son explotadas sexualmente 85% según las Naciones Unidas, y de ese porcentaje, el 50% son menores de edad. Se registran además diversos tipos de explotación, tales como el trabajo doméstico, los matrimonios serviles y otras formas de esclavitud.

La magnitud del problema de la violencia de género no es conocido en toda su amplitud debido a la falta de estadísticas, el ocultamiento social, el sentimiento de culpa y el temor de las víctimas, aunque los estudios realizados indican que la violencia ejercida contra las mujeres y las niñas es muy frecuente. Algunos países sancionaron leyes contra la violencia de género, lo que significó un importante avance en cuanto a la protección de los derechos de las mujeres y su efectivo ejercicio, y al reconocimiento por parte de los Estados para dar respuesta a las múltiples demandas de la sociedad y para su incorporación como política pública.

Si bien las violaciones de derechos humanos afectan tanto a hombres como a mujeres, su impacto y su carácter cambian y asumen características diferenciales según el sexo de la víctima. Los expertos de Naciones Unidas en la temática concluyen que toda persona puede ser víctima de actos de violencia, pero el sexo se convierte en uno de los factores que aumenta de modo significativo su vulnerabilidad. Desde 1993 año en que en la Conferencia Mundial de Viena los países reconocieron que los derechos de las mujeres son parte indivisible e inalienable de los derechos humanos universales- y hasta el día de hoy, se ha recorrido un largo camino; sin embargo, a pesar de los progresos a nivel de leyes y normas, todavía estamos lejos de haber alcanzado el reconocimiento de la igualdad real entre mujeres y varones. La violencia contra las mujeres es una de las caras más dolorosas de la discriminación que ha ido aumentando en todo el mundo, aún cuando en los últimos años existió una mayor difusión y análisis sobre el tema.

Esta problemática nace de la estructura social y se reproduce en todos sus ámbitos, desde la propia familia hasta las prácticas institucionales, por lo cual su erradicación debería ser uno de los principales objetivos de los órganos internacionales y de los gobiernos, quienes tendrán que redoblar sus esfuerzos para crear condiciones favorables que garanticen la integridad de las mujeres y niñas, y para la reafirmación de sus derechos en todos los ámbitos de la sociedad. Contribuir en el establecimiento de una cultura de igualdad de género nos permitirá avanzar en la construcción y consolidación de sociedades más justas e igualitarias para todos y todas.

 

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Efectos del insomnio en tu salud mental

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Imagen ilustrativa tomada de internet

Redactado por: Psicóloga Violeta Gutiérrez

¿Qué es el insomnio?

Se entiende por insomnio toda alteración en el proceso de dormir, tanto en su inicio (dificultad al acceder al sueño), como en su continuación (interrupciones constantes) y su finalización (despertar demasiado temprano); que limita la calidad de vida e interfiere sustancialmente en la actividad diaria.

Se distinguen tres dimensiones básicas: la duración (tiempo total que se permanece dormido, para el que existe una gran variabilidad en cuanto a diferencias interindividuales), la continuidad (la cual equivale a la persistencia del proceso a lo largo de un tiempo suficiente para la obtención de beneficios) y la profundidad (asociada a la fisiología y la activación neural). Cualquiera de ellas puede verse comprometida de una forma en algún momento del ciclo vital. El sueño tiende a dividirse en dos etapas bien diferenciadas: la REM y la no REM. Esta última implica una serie de fases en las que se observa un proceso lento de la actividad que desempeña el sistema nervioso central (SNC), mientras que en la primera (que se extiende el 25% del tiempo) se apreciaría un incremento o hiperactivación eléctrica similar a la vigilia (con movimientos oculares). Ambas se alternan en ciclos de 90 minutos a lo largo de la noche, en los que la fase REM se va extendiendo, y son necesarias para que se produzca el reposo neuronal.

Principales efectos del insomnio en la salud mental

La relación entre el insomnio y la salud mental es bidireccional: cuando uno de ellos se afecta el otro también lo hace, con independencia de cuál se considere causa y cuál efecto. Se trata de complicaciones que a veces revisten cierta gravedad, e incluso en algunos casos implican un riesgo objetivo para la vida. Es por ello que el tratamiento de este problema es importante, y jamás debe ser considerado como un asunto menor o accesorio. Ahondamos con detalle en todo ello.

1. Cambios emocionales

Una de las consecuencias habituales de tener un sueño de mala calidad es la fluctuación del estado de ánimo, y es que existe evidencia de que el insomnio y las dificultades para regular la emoción tienen bases fisiológicas comunes. Dormir mal se puede relacionar con síntomas depresivos y ansiosos, así como con una notable irritabilidad.

2. Problemas de memoria

se vea alterada especialmente la memoria declarativa, y sobre todo el subtipo procedimental, lo que limitaría la capacidad de evocar acontecimientos del pasado reciente. Se presentan limitaciones en la memoria de trabajo vinculada al insomnio (una función que permite el almacenamiento temporal de la información para su empleo durante una tarea concreta).

3. Problemas de atención

Suele dañarse fundamentalmente la respuesta de orientación hacia estímulos que irrumpen abruptamente al campo perceptivo, lo que aumenta los tiempos de respuesta la persona parece ensimismada y enlentecida.

4. Problemas sexuales

El insomnio puede relacionarse con déficits en la esfera sexual, sobre todo en los varones. Lo más habitual es que se exprese a nivel eréctil, con problemas para alcanzar una tumefacción firme del pene que posibilite la penetración. La dificultad más reseñable se encuentra cuando la persona convive con otros síntomas clínicos adicionales; como la apnea del sueño, el ritmo circadiano retrasado.

5. Alucinaciones

Las alucinaciones son percepciones anómalas en las que se ven implicados estímulos que no se hayan en el campo perceptivo, en cualquier modalidad sensorial. Existen muchos estudios en los que se señala que el insomnio en casos extremos puede cursar con alucinaciones muy diversas, incluso en personas sin patología de ningún tipo.

6. Reducción de la vitalidad

La pérdida de la vitalidad, en cuyo extremo se halla la fatiga, tiene como causa elemental un sueño de pobre calidad. Es una circunstancia común, que coincide con el porcentaje total de personas con dificultad puntual para dormir con plenitud (entre el 20% y el 40%, sobre todo en mujeres). El problema se traduce en una elevada somnolencia diurna y una pérdida de productividad, e incluso llega a asociarse con sentimientos depresivos y con el deterioro de la memoria o de la atención. La fatiga que se asocia al insomnio cursa con una percepción de intensa pérdida de energía, debilidad generalizada, sensación de malestar y erosión del rendimiento en tareas cotidianas.

7. Riesgo incrementado de alzhéimer

La relación entre el insomnio y el alzhéimer se conoce desde los años 90, aunque ha sido en esta última década que ha podido aumentarse el conocimiento sobre esta cuestión. Gracias a los estudios de neurofisiología, y con la ayuda inestimable de técnicas de neuroimagen o del análisis del tejido cerebral postmortem, se ha llegado a la conclusión de que una función del sueño consiste en «limpiar» los residuos de la actividad neuronal. A lo largo del día, el hecho de estar despiertos implica una producción de proteínas en el sistema nervioso central cuyo efecto resulta tóxico, pero se vacía cada vez que dormimos para evitar su acumulación.

 

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Beneficios psicológicos de tener una mascota en tu vida

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Redactado por: Psicóloga Violeta Gutiérrez

En este artículo te cuento los beneficios psicológicos de tener una mascota.

El estrés es una de las situaciones más recurrentes en el diario vivir de una persona, factores como el trabajo, los problemas y la falta de tiempo hacen que no tenga una válvula de escape, que lo ayude a liberarse de las preocupaciones.

Estudios han demostrado que una manera de reducir el estrés y la ansiedad es tener una mascota, ya que ayuda a aliviar las angustias generadas por la cotidianidad y reduce los niveles de cortisol. Al volverse parte importante del núcleo familiar debido a los vínculos emocionales, espacios de dispersión y actividades placenteras que se generan, ayuda a mejorar la salud mental. Tener una mascota o animal en tu vida te otorgara los siguientes beneficios:

  1. Desarrollan la responsabilidad

Esto es algo que los niños, desde bien pequeños, aprenden cuando tienen una mascota en casa. Al menos sería lo ideal, pero claro está, eso se transmite a través de la educación de los padres, otros miembros de la familia, la escuela y de la propia sociedad. En función de su edad, pueden ir ocupándose de darles de comer, de cambiarles la arena o limpiarles la jaula, cepillarlos o sacarlos de paseo, de modo que aumente poco a poco su nivel de responsabilidad. Además, todos esto genera unos hábitos de cuidado, atención y preocupación por el bienestar del otro.

  1. Favorecen el mantenimiento de la autonomía

Las atenciones que precisa una mascota pueden contribuir a promover y mantener su autonomía y un estilo de vida activo en personas sedentarias o con algún tipo de limitación que pueda hacerlas dependientes.

  1. Fomentan las relaciones sociales

Especialmente en los dueños de perros. Los paseos diarios pueden ayudar a establecer nuevas relaciones con otros dueños de perros con los que se suele coincidir, pudiendo ampliar de este modo el círculo social.

  1. Reducen la depresión y el estrés

  • Diferentes estudios han demostrado que tras compartir un rato con nuestra mascota se producen cambios en las ondas cerebrales de nuestro cerebro que se traducen en una disminución de los sentimientos de estrés, ansiedad y depresión. Brinda apoyo emocional y acompañamiento, esto disminuye los sentimientos de soledad.
  1. Mejoran la autoestima

En otros estudios se observa que los dueños de mascotas tienen más probabilidad de tener una mayor autoestima. Este hecho estaría relacionado con la sensación de sentirse útil al cuidar a otro ser vivo y recibir amor incondicional por su parte. Son muchos los beneficios de tener una mascota pero conlleva una gran responsabilidad.

Cuando convives con una mascota en el marco de una educación de respeto, amor y conciencia por los seres vivos, aprendes el lenguaje universal de la Naturaleza y te percatas de que no son juguetes de usar y tirar, no se abandonan cuando crecen demasiado o te vas de vacaciones. Por eso, la decisión de adoptar una mascota ha de ser muy meditada y muy consciente. Porque se convierten en un miembro más familia, y como tal se le ha de tratar. Se ponen alegres, te aman incondicionalmente, te cuidan a la vez que tú los cuidas, se entristecen, enferman, envejecen, te ayudan a convertirte en mejor persona. Y también mueren, y cuando esto ocurre requiere de una elaboración de duelo como con cualquier pérdida importante.

Así que, si esta información te ha convencido para ampliar la familia, antes de dar el paso piénsalo muy bien, porque además de todo el amor que nos dan que es muchísimo, y sin condiciones, requieren cuidados y atenciones durante mucho tiempo (en el caso de perros y gatos entre 12 y 17 años aproximadamente), lo que supone grandes dosis de sacrificio que tienes que estar dispuesto a hacer. Si no, mejor cómprate un tamagochi.

Es importante pensar y analizar si se quiere y se puede adoptar a un nuevo integrante en la familia. Ten en cuenta estas circunstancias si quieres tener una mascota en la familia o adoptar:

  • Piense en sus proyectos a largo plazo.
  • Consulte con los miembros de su familia.
  • Evalúe si tiene el tiempo, compromiso y la paciencia para tener una mascota.
  • Tener una mascota requiere de recursos, evalúe si tiene el dinero para cubrir las necesidades de su mascota.
  • Revise antecedentes de alergias en usted y su familia.
  • Las mascotas no solo transforman y producen cambios en la mente y cuerpo, nosotros como dueños también podemos transformar su vida, brindando seguridad y amor incondicional.

 

 

Contacto: email: violetags14@gmail.com

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