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¿Quieres saber cuál es tu tipo de apego y como te relacionas en pareja? Aquí te lo contamos

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Imagen tomada de internet

 Redactado por: Psicóloga Violeta Gutiérrez

El apego es un vínculo afectivo que se establece desde los primeros momentos de vida entre la madre y el recién nacido o la persona encargada de su cuidado. Su función es asegurar el cuidado, el desarrollo psicológico y la formación de la personalidad. El establecimiento del apego desde la infancia más temprana se relaciona principalmente con dos sistemas: el sistema exploratorio, el cual permite al bebé contactar con el ambiente físico a través de los sentidos y el sistema afirmativo, mediante el cual los bebes contactan con otras personas.

El apego se compone de tres componentes: la construcción mental que permite establecer la relación de pertenencia e incondicionalidad, la unión afectiva que proporciona sentimientos de alegría y bienestar, y el sistema de conductas de apego focalizado en mantener un contacto privilegiado.

¿Cómo se establece el apego?

En el transcurso del primer año, se establece un vínculo de apego con la persona con quien tiene más contacto y aparece el miedo ante los desconocidos. El apego es el encargado de proporcionar seguridad al niño en situaciones de amenaza. El apego seguro permite al pequeño explorar, conocer el mundo y relacionarse con otros; bajo la tranquilidad de sentir que la persona con quien se ha vinculado va a estar allí para protegerlo. Cuando esto no ocurre, los miedos e inseguridades influyen en el modo de interpretar el mundo y de relacionarse. El estilo de apego establecido durante la infancia puede ser visible en los miedos o inseguridades del adulto, y en la manera de afrontarlos.

Los 4 tipos de apego

  1. Apego seguro

Este tipo de apego está caracterizado por la incondicionalidad: el niño sabe que su cuidador no va a fallarle. Se siente querido, aceptado y valorado. De acuerdo con Bowlby, este tipo de apego depende en gran medida de la constancia del cuidador en proporcionar cuidados y seguridad. Los niños con apego seguro manifiestan comportamientos activos, interactúan de manera confiada con el entorno y hay una sintonía emocional entre el niño y la figura vincular de apego.

  1. Apego ansioso y ambivalente

En psicología, “ambivalente” significa expresar emociones o sentimientos contrapuestos, lo cual, frecuentemente genera angustia.  Por eso, en el caso de un apego ansioso-ambivalente el niño no confía en sus cuidadores y tiene una sensación constante de inseguridad, de que a veces sus cuidadores están y otras veces no están, lo constante en los cuidadores es la inconsistencia en las conductas de cuidado y seguridad. De adultos, el apego ansioso-ambivalente provoca, una sensación de temor a que su pareja no les ame o no les desee realmente. Les resulta difícil interaccionar de la manera que les gustaría con las personas, ya que esperan recibir más intimidad o vinculación de la que proporcionan. Un ejemplo de este tipo de apego en los adultos es la dependencia emocional.

  1. Apego evitativo

Los niños con un apego de tipo evitativo han asumido que no pueden contar con sus cuidadores, lo cual les provoca sufrimiento. Se conoce como evitativo porque los bebés presentan distintas conductas de distanciamiento. Por ejemplo, no lloran cuando se separan de cuidador, se interesan sólo en sus juguetes y evitan contacto cercano. La despreocupación por la separación puede confundirse con seguridad, en distintos estudios se ha mostrado que en realidad estos niños presentan signos fisiológicos asociados al estrés, cuya activación perdura por más tiempo que los niños con un apego seguro. Estos menores viven sintiéndose poco queridos y valorados; muchas veces no expresan ni entienden las emociones de los demás y por lo mismo evitan las relaciones de intimidad

  1. Apego desorganizado

Lo constante en los cuidadores han sido conductas negligentes o inseguras. Se trata del extremo contrario al apego seguro. Casos de abandono temprano, cuya consecuencia en el niño es la pérdida de confianza en su cuidador o figura vincular, e incluso puede sentir constantemente miedo hacia ésta. Los menores tienen tendencia a conductas explosivas, destrucción de juguetes, reacciones impulsivas, así como grandes dificultades para entenderse con sus cuidadores y con otras personas. Evitan la intimidad, no han encontrado una forma de gestionar las emociones que esto les provoca, por lo que se genera un desbordamiento emocional de carácter negativo que impide la expresión de las emociones positivas.

 

 

Contacto Teléfono 6484694143

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Cuáles son las secuelas físicas y emocionales que deja un abuso sexual durante la infancia

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Redactado por: Psicóloga Violeta Gutiérrez

11 de Julio del 2025

El abuso sexual infantil es un problema de salud pública que afecta a muchos menos en nuestro país. Solo en el 50% de los casos los niños revelan el abuso; únicamente el 15% se denuncia a las autoridades; y tan solo el 5% llegan aprocesos judiciales. Los menores cuentan con muchas limitaciones para denunciar los abusos sexuales y no presentar habitualmente manifestaciones físicas inequívocas (debido al tipo de conductas sexuales realizadas: caricias, masturbaciones. Son los indicadores sexuales los que más están relacionados con la experiencia traumática. Los indicadores deben valorarse de forma global y conjunta, ya que no se puede establecer una relación directa entre un solo síntoma y el abuso. De hecho, lo más útil puede ser estar pendientes de los cambios bruscos que tienen lugar en la vida del niño.

Efectos físicos:

Problemas de sueño (como pesadillas).
Cambios en los hábitos de comida.
Pérdida del control de esfínteres.
Estos efectos pueden aparecer durante la infancia y la adolescencia.

Efectos conductuales

Consumo de drogas o alcohol.
Huida del hogar.
Conductas autolesivas o suicidas.
Hiperactividad.
Bajo rendimiento académico.
La mayoría de estos comportamientos se presentan en la adolescencia, aunque el bajo rendimiento y la hiperactividad pueden comenzar desde la infancia.

Efectos emocionales

Miedo generalizado.
Hostilidad y agresividad.
Culpa y vergüenza.
Depresión y /o ansiedad.
Baja autoestima y sentimientos de estigmatización.
Rechazo del propio cuerpo.
Desconfianza y rencor hacia los adultos.
Trastorno de estrés postraumático.

Efectos sexuales

Conocimiento sexual precoz o inapropiado para la edad.
Masturbación compulsiva.
Excesiva curiosidad sexual.
Conductas exhibicionistas.
Problemas de identidad sexual.
Todos estos efectos aparecen principalmente en la infancia y adolescencia, con problemas de identidad sexual predominando en la adolescencia.

Efectos sociales

Déficit en habilidades sociales.
Retraimiento social.
Conductas antisociales.
El retraimiento social y los déficits sociales comienzan en la infancia, mientras que las conductas antisociales se observan más en la adolescencia.

Secuelas emocionales en las víctimas de abuso sexual infantil:

Los menores muy pequeños pueden no ser conscientes del alcance del abuso sexual en

las primeras fases, lo que puede explicar la compatibilidad de estas conductas con el cariño mostrado al adulto por el menor. Hay niños que verbalizan el abuso sexual de la siguiente forma: “mi papá hace un pipí blanco”, “yo no me enteraba porque estaba dormido”, “me dice que no se lo diga a nadie”.

a) Consecuencias a corto plazo:

Al menos un 80% de las víctimas sufren consecuencias psicológicas negativas. El alcance del impacto psicológico va a depender del grado de culpabilización del niño por parte de los padres, así como de las estrategias de afrontamiento de que disponga la víctima. En general, las niñas tienden a presentar reacciones ansioso-depresivas; los niños, fracaso escolar y dificultades inespecíficas de socialización, así como comportamientos sexuales agresivos.

Respecto a la edad, los niños muy pequeños en la etapa de preescolar, al contar con limitados recursos psicológicos, pueden mostrar estrategias de negación de lo ocurrido.

En los niños un poco mayores en la etapa escolar son más frecuentes los sentimientos de culpa y de vergüenza ante el suceso. El abuso sexual presenta una especial gravedad en la adolescencia porque el padre puede intentar el coito, existe un riesgo real de embarazo y la adolescente toma conciencia del alcance de la relación incestuosa. No son por ello infrecuentes en la víctima.

b) Consecuencias a largo plazo:

Los problemas más habituales son las alteraciones en la esfera sexual, disfunciones sexuales y menor capacidad de disfrute, principalmente, la depresión y el trastorno de estrés postraumático, así como un control inadecuado de la ira en el caso de los varones, volcada al exterior en forma de violencia; en el de las mujeres, canalizada en forma de conductas autodestructivas.

En otros casos, el impacto psicológico a largo plazo del abuso sexual puede ser pequeño (a menos que se trate de un abuso sexual grave con penetración) si la víctima no cuenta con otras adversidades adicionales, como el abandono emocional, el maltrato físico, el divorcio de los padres, una patología familiar grave, etc. Desde el punto de vista del trauma en sí mismo, lo que predice una peor evolución a largo plazo es la presencia de sucesos traumáticos diversos en la víctima, la frecuencia y la duración de los abusos, la posible existencia de una violación y la vinculación familiar con el agresor, así como las consecuencias negativas por larevelación del abuso por ejemplo, dañar el vinculo familiar al dudar del testimonio del menor.

Secuelas del abuso sexual en la vida adulta:

Secuelas físicas

Dolores crónicos generales.
Hipocondría y trastornos de somatización.
Alteraciones del sueño, como pesadillas.
Problemas gastrointestinales.
Desórdenes alimenticios, especialmente bulimia.

Secuelas conductuales

Intentos de suicidio.
Consumo de drogas y/o alcohol.
Trastorno disociativo de identidad (personalidad múltiple).

Secuelas emocionales

Depresión y /o ansiedad
Baja autoestima.
Estrés postraumático.
Trastornos de personalidad.
Desconfianza y miedo hacia los hombres.
Dificultad para expresar o recibir sentimientos de ternura e intimidad.

Secuelas sexuales

Fobias o aversiones sexuales.
Falta de satisfacción sexual.
Alteraciones en la motivación sexual.
Trastornos en la activación sexual y del orgasmo.
Creencia de ser valorada solo por el sexo.

Secuelas sociales

Problemas en las relaciones interpersonales.
Aislamiento.

No olvides que es importante que todos aquellos que hayan experimentado alguna situación de abuso sexual, busquen atención psicológica, medica y legal para mejorar el estado de la víctima y asegurar su acceso a la justicia.

 

Contacto: email: violetags14@gmail.com

Facebook: Psicóloga Violeta Gutiérrez

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Cifras preocupantes ante el abuso sexual infantil en México

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Redactado por: Psicóloga Violeta Gutiérrez  

10 de Julio del 2025, Cd. Camargo Chihuahua

La violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes existe, y es todo contacto y/o actividad sexual donde una persona ejerce una posición de poder sobre ella o él, sin su consentimiento o valiéndose de amenazas, violencia física, psicológica u obteniendo su consentimiento por medio de engaños.

Este tipo de violencia tiene muchas formas, no sólo es la invasión física del cuerpo humano, pueden incluir actos como forzar a ver imágenes sexuales, también puede ser el uso de lenguaje inapropiado o incluso pedir o sacar fotos que hagan sentir incómodos a niñas, niños y adolescentes. El Abuso Sexual Infantil en México, tiene muchas formas que a continuación, se enuncian:

Exhibicionismo, o mostrarse desnudo(a) ante una niña, niño o adolescente.
Comunicaciones obscenas a través de llamadas telefónicas, mensajes de texto o redes sociales.
Producir, poseer o compartir imágenes o películas pornográficas en las que participen niñas o niños.
Manoseos o caricias.
Relaciones sexuales de cualquier tipo con una niña, niño o adolescente.
Tocamientos frente a una niña, niño o adolescente o forzar a que ellas y ellos lo hagan.
Explotación sexual de niñas, niños y adolescentes.

El confinamiento causado por la pandemia, impactó en acelerar la comunicación de niñas, niños y adolescentes en plataformas educativas, sociales o esparcimiento en internet, por ello, es importante mencionar, que, el abuso sexual infantil no siempre son tocamientos, también puede ser el uso de lenguaje inapropiado, no sólo de manera presencial sino en la web.

De acuerdo a la Dirección del Centro de Respuesta de Incidentes Cibernéticos de la Dirección General Científica de la Guardia Nacional, en el marco de los primeros meses de pandemia, los reportes de pornografía infantil incrementaron en un 73%.

Antes de la pandemia, México ocupaba el 1er lugar mundial en consumo de pornografía infantil (PCF,2018), el 2do productor y distribuidor mundial y el 1ero en América Latina (ECPAT, 2019); entre los países que integran la OCDE, ocupamos 1er lugar en violencia sexual en contra de niñas, niños y adolescentes (OCDE, 2019).

Delitos sexuales a la niñez de México

De acuerdo, a datos de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) en el 2015, en el país, se cometen al menos 600 mil delitos sexuales cada año, donde 9 de cada 10 víctimas son mujeres y 4 de cada 10 son menores de 15 años de edad.

Además, la mitad de delitos sexuales son cometidos en el hogar y el 70% de las veces por parte de familiares o personas conocidas, hombres en casi todos los casos. De acuerdo a la CEAV, el abuso sexual infantil, tiene impactos emocionales y físicos en niñas, niños y adolescentes, los cuáles se enuncian de manera general:

Emocionales:

Ansiedad y/o depresión.
 Rechazo del contacto afectivo que antes era aceptado.
Miedo a determinada persona o lugares.
Manifestaciones de afectos o conocimientos sexuales inapropiados para su edad.
Insomnio, pesadillas o sueño inquieto.
Miedo a la obscuridad.
En la adolescencia es más común la idea o intento suicida, el ausentismo escolar o el consumo de drogas.

Físicos:

Hemorragias, lesiones y cicatrices en genitales.
Infecciones urinarias recurrentes.
Infecciones de transmisión sexual.
En algunos casos, embarazo.

Si una niña, niño y adolescente expresa que ha sufrido abuso sexual, haz lo siguiente:

Mantén la calma.
Pon atención al relato y cree lo que dice.
Hablen del hecho a solas y de forma relajada, para darle la seguridad y protección que necesita.
Ponte en su lugar y escucha atentamente, no pidas que diga más de lo quiera y pueda contar.
Hazle saber que no es culpable, que el único responsable es el agresor o agresora.
Dile que fue valiente al contarlo, que le sigues queriendo mucho y que le vas a proteger y ayudar a superarlo.

Es importante no ignorar el suceso, ni convertirlo en un secreto familiar que le ocasione mas daño al menor, lo que sugiero es reportarlo a las autoridades correspondientes, acudir para recibir atención psicológica y médica, buscandoel acceso a la justicia y restitución del daño, así como acompañamiento jurídico apegado a derechos de niñas, niños y adolescentes.

Contacto: email: violetags14@gmail.com

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¿Qué puedo hacer cuando tengo un bajón emocional?

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Nota por: Psicóloga Violeta Gutiérrez      2 de julio de 2025

Hablare de este tema, porque muchos pacientes, amigos, familiares y yo también en algún momento, he tenido bajones emocionales en los últimos meses.

¿Es normal tener bajones emocionales?

Claro que sí.  Hemos vivido muchos cambios para los cuáles no estábamos preparados. Hemos sobrevivido a una pandemia, mucha gente está viviendo en la incertidumbre de qué sucederá con ellos mismos, con un duelo de un familiar, con una separación de pareja, con una pérdida de trabajo, etc.

No hay que preocuparse de más por presentar algún bajón emocional, pero debemos ver o ser conscientes con nosotros mismos de la frecuencia e intensidad de esos días. Uno puede sentir un momento, días, horas o incluso un día de bajón total), a lo mejor en ese día no se ven soluciones, todo se ve en blanco negro, ideas de extremos (todo o nada), tenerla lagrima floja, cambios de humor, sentirse susceptible o de mal genio. Si se ha sentido así, no pasa nada, es lógico y racional, porque son muchas cosas las que estamos viviendo solos o acompañados, lejos o cerca de nuestra familia, etc.

¿Cuándo me debo preocupar por sentirme con días de bajón?

Cuando esas emociones y sensaciones de bajón emocional se prolongan en el tiempo o aumentan de intensidad.
Cuando nos hacemos bola cómo dicen varios de mis pacientes y amigos; el no quiero hablar con nadie, porque no me apetece, porque no quiero molestar, entonces me aíslo conmigo mismo.
Cuando sienta a veces o de manera algo constante que la vida no tiene sentido, que no merece la pena vivirla.
Cuando pierda la ilusión por lo que antes me hacía feliz.
Cuando deje de comer o empiece a comer menos que antes.
Cuando duerma peor, tenga insomnio o no pare de estar en la cama durmiendo, porque al menos durmiendo, no piensa.
Podría decir mil situaciones, pero creo que éstas son las que mejor lo reflejan.

¿Qué puedo hacer para superar los días de bajón?

Intenta no aislarte.
No pienses que molestas. Al contrario, la gente quiere ayudarte. Muchas veces los pacientes me dicen o cuentan alguna situación que han tenido y les digo¿sabes que me puedes escribir?, ellos me contestan: no quiero molestar y yo les digo estoy aquí para ayudarte, escribe o llama cuando necesites. Luego lo aprenden y saben que me tienen para cuando lo necesiten, aunque en ese momento no tengan sesión.
Establece rutinas. Las rutinas suelen calman y proporcionar tranquilidad en el ser humano.
Si puedes y si te gusta incluye algo de ejercicio físico en tu vida. El deporte aumenta los niveles de serotonina y dopamina, dos neurotransmisores que hay en nuestro cerebro, son los encargados de aumentar nuestra motivación y felicidad.
Piensa que no estás sólo, te lo prometo, hay mucha gente que está pasando por lo mismo que tú. Busca apoyos en la gente que confíes, la gente que tengas al lado y sabes que te quiere.
No es para siempre. Una vez escuché una frase que me gustó mucho y en los días que a veces tengo de bajón, porque soy humana, la recuerdo y se la digo a mis pacientes (las emociones son pasajeras), recuerda que esto que sientes ahora, no tiene por qué permanecer mucho en el tiempo, lo sentirás y después de un tiempo cambiara a otra emoción.

Busca actividades que te generen un bienestar, una alegría, una satisfacción.

¿Qué hago si no desaparecen estas sensaciones de bajón?

Puede que estas sensaciones de bajón emocional ya los tuvieras de forma más intensa pero no les dabas importancia. Ahora mencionare algunos puntos que pueden ayudar en caso de que sea complicado resolver el bajón emocional:

Reconoce tus emociones sin juzgarte. Sentirte mal no te hace débil. Aceptar lo que sientes es el primer paso para mejorar.
Habla con alguien de confianza. Expresar lo que sientes con un amigo o familiar puede ayudarte a liberar carga emocional.
Busca apoyo profesional. Si el malestar persiste, acude a un psicólogo. Muchas universidades ofrecen atención gratuita o de bajo costo.
Evita el aislamiento. Aunque no tengas ganas, intenta mantener contacto con al menos una persona cada día.
Cuida lo básico. Dormir bien, comer de forma adecuada y moverte, aunque sea un poco tiene un gran impacto en tu estado emocional.
Aléjate de soluciones dañinas. El alcohol, el exceso de redes sociales o ignorar el problema solo lo agravan.
Practica la paciencia contigo mismo. Recuperarte lleva tiempo. Cada paso que tomas hacia tu bienestar cuenta.
En caso de urgencia, busca ayuda inmediata. Si sientes que la situación te sobrepasa o tienes pensamientos autolesivos, acude a líneas de apoyo o centros de salud mental.

El bajón emocional en si es algo que todos como personas llegamos a vivir en los momentos estresantes o complicados de nuestras vidas. Los bajones emocionales llegan a ser una parte natural de nuestra vida, lo importante es no ignorarlos, y saber cuando se necesita apoyo y cuando pedir ayuda. Este puede pasar de ser un signo de debilidad a uno de valentía y cuidado propio si es que se actúa correctamente. Recuerda que no estás solo y que existen los recursos para llegar a un bienestar y/o para salir del estancamiento.

Contacto: email: violetags14@gmail.com

Facebook: Psicóloga Violeta Gutiérrez

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