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Como impacta la Psicología Positiva en el bienestar personal

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Redactado por: Psicóloga Violeta Gutiérrez

Ciudad Camargo, Chihuahua, 15 de Mayo del 2025

No confundamos la psicología positiva con la necesidad de estar felices todo el tiempo, evitando sentimientos de tristeza y melancolía. La psicología positiva nace por la necesidad de cambio que Martin Seligman manifestó al ver que los profesionales de la psicología tradicional se centraban exclusivamente en eliminar todo aquello que nos genera un malestar psicológico. Seligman quiso ir un paso más allá, buscando eliminar la incomodidad de los sentimientos incomodos, pero potenciando el bienestar ejercitando la felicidad, la autoestima y el optimismo.

Se define la psicología positiva como el estudio científico que tiene como objetivo final el desarrollo de actitudes positivas para poder vivir una vida plena, fluida y así prevenir patologías de la salud mental. Estudia cómo favorecer las fortalezas y virtudes del carácter del ser humano, tales como la alegría, el sentido del humor, la motivación, el optimismo, etc. Existen evidencias científicas que respaldan el desarrollo de sentimientos positivos con beneficios en cuanto a la salud física y mental de los individuos.

¿Qué es la psicología positiva?

La psicología positiva se centra en usar las fortalezas que cada persona tiene, para incrementar su bienestar personal. Se enfoca en lo que la persona si tiene o en aquello que está haciendo bien. Muchos de nosotros hemos sentido que el tener una actitud positiva ante situaciones desagradables o inesperadas, ayuda a aumentar los recursos cognitivos, físicos y sociales. Esto el pilar más importante de la psicología positiva: utilizar las emociones agradables para poder afrontar la vida de una forma autónoma y eficaz situaciones que provocan estrés o malestar.

Seligman, el padre de esta rama, quiso romper con la perspectiva psicológica tradicional y propuso enfocarse en las emociones positivas para ayudar a los individuos a ser plenamente felices. La psicología positiva se basa en el método científico. Es decir, los modelos y ejercicios que se ponen sobre la mesa en esta disciplina, han sido validados y demuestran su eficacia en la población. Hablemos del concepto de fortaleza, esta se define como una característica psicológica que se puede ir adquiriendo a lo largo de la vida y se presenta ante distintas situaciones de la vida cotidiana.

Aquí te dejo las 24 fortalezas que distinguía Seligman, englobadas en 6 virtudes o categorías:

Sabiduría y conocimiento: nos llevan a buscar y compartir el conocimiento con otros. Fortalezas: curiosidad, amor por el aprendizaje, pensamiento crítico, ingenio y perspectiva.
Coraje: dejando de lado la oposición interna y/o externa, el coraje se considera una fortaleza emocional enfocada a conseguir nuestras metas. Fortalezas: valentía, perseverancia, integridad y vitalidad.
Humanidad: crear relaciones interpersonales que implican afecto y cuidado hacia los demás. Fortalezas: capacidad de amar y ser amado, bondad e inteligencia personal y social.
Justicia: determinar de forma objetiva los derechos y responsabilidades éticas y morales hacia los demás. Fortalezas: civismo, sentido de la justicia, liderazgo y capacidad de perdonar.
Moderación: es una fortaleza relacionada con la protección contra los posibles excesos. Fortalezas: humildad, prudencia y autocontrol.
Trascendencia: la capacidad para conectar con lo que nos rodea y proveernos de un sentido más profundo de significado y propósito en la vida. Fortalezas: apreciación de la belleza, gratitud, esperanza, sentido del humor y espiritualidad.

¿Qué significa el bienestar personal?

El objetivo de la psicología positiva es impulsar el bienestar personal y fomentar la salud mental. Para poder comprender el significado de bienestar personal, traemos la Teoría de Bienestar que propuso Martin Seligman. En esta teoría se encuadran los siguientes elementos:

Esta teoría reconoce el bienestar personal con aspectos emocionales, psicológicos sociales y espirituales. Quizás te recuerde a la definición de salud mental que otorga la Organización Mundial de la Salud (OMS): “estado de completo bienestar físico, mental y social”.

Los resultados que se obtienen de los estudios realizados afirman que el desarrollo del bienestar personal y la felicidad se relacionan positivamente con la promoción de la salud física, mental y social. Además, ayuda a la prevención de conductas de riesgo como el abuso de tabaco, drogas, tecnologías, juegos, y a su vez, disminuye la violencia verbal y física. Por último, esta disciplina también ha demostrado ser efectiva para mejorar la sintomatología ansiosa y depresiva.

La psicología positiva es consciente de la gran diversidad del ser humano y que, por ello, no existe una sola forma de ser feliz. Gracias a las investigaciones en este ámbito, se ha descubierto que uno de los factores más importantes es el optimismo. El optimismo es una de las fortalezas que proporciona mayor bienestar y se encuentra estrechamente relacionada con las expectativas del futuro. Tal es su influencia en el bienestar personal que se ha descubierto que aquellas personas con serios problemas de salud que presentan una mirada optimista tienen una vida más prolongada y reportan mejor calidad de vida. En contraposición, las personas pesimistas tienden a tener una vida más corta, y mantienen relaciones interpersonales más inestables y menos satisfactorias.

En relación al bienestar personal y la psicología positiva, la resiliencia es un concepto interesante que merece la pena analizar. Cuando ocurre una tragedia, hay personas que se obsesionan con lo ocurrido y entran en un estado depresivo, pero hay otras que son capaces de sobrellevar el dolor abrumador de estas situaciones. Para esta rama de la psicología, el humor y las emociones agradables son factores clave para la resiliencia. De hecho, existen investigaciones que demuestran que aquellas personas que utilizan las emociones positivas en momentos difíciles de la vida nunca pierden la capacidad de ver que las cosas pueden mejorar en un futuro. Al trabajar dichas emociones, las personas resilientes sienten que los sentimientos negativos hay que vivirlos, por lo tanto hay que aprender de las situaciones y poder enfrentar y vivir de manera saludable nuestros sentimientos.

 

Contacto: email: violetags14@gmail.com

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Resiliencia: Desarrolla habilidades para resistir frente a las dificultades

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Redactado por: Psicóloga Violeta Gutiérrez ; 14 de agosto del 2025

Resiliencia significa poder adaptarse a las desgracias y a las dificultades de la vida. Cuando tienes resiliencia, aprovechas tu fuerza interior para reponerte de un contratiempo o un desafío, como la pérdida de un empleo, una enfermedad, un desastre o la muerte de un ser querido. Si te falta resiliencia, es posible que te bloquees con problemas o que te sientas una víctima. Podrías sentir agobio y recurrir a formas poco sanas de afrontarlo, como consumir drogas o alcohol, trastornos alimentarios o conductas riesgosas. La resiliencia no solucionará tus problemas. Sin embargo, puede ayudarte a dejarlos de lado, encontrar formas de disfrutar la vida y controlar mejor el estrés. Si no eres tan resiliente como te gustaría ser, puedes aprender cómo aumentar esta capacidad.

La resiliencia significa ser capaz de afrontar eventos difíciles. Cuando pasa algo malo, sientes ira, sufrimiento y dolor. Sin embargo, puedes seguir adelante, tanto física como psicológicamente. La resiliencia no significa tolerar una situación difícil ni afrontarla tú solo. De hecho, ser capaz de buscar el apoyo de otras personas es un componente fundamental de la resiliencia.

La resiliencia puede ayudarte a proteger de afecciones de la salud mental, como depresión y ansiedad. También puede ayudarte a afrontar situaciones que aumentan el riesgo para afecciones de la salud mental, como sufrir acoso o un trauma. Si tienes una afección de la salud mental, la resiliencia puede ayudarte a afrontar mejor una situación.

Si quieres ser más resiliente, prueba algunos de estos consejos:

1. Auto observación y Autoconocimiento

Conocernos mejor y fortalecer nuestras cualidades nos permiten una adaptación positiva al cambio.

2. Cuida cómo te hablas, qué te dices. Confía en tus capacidades

Háblate con cariño, con respeto. Sé flexible contigo mismo o contigo misma, tolera tus momentos de malestar sin culparte por sentirlos. Permítete sentir. Equilibra tus recursos, sin caer en la autoexigencia o el perfeccionismo, respetando tus ritmos, sin dejarte arrastrar por la presión, recordándote tus capacidades.

3. Humor y sonrisa ante las dificultades

Fomenta las emociones placenteras, los momentos agradables, distendidos, divertidos. Te ayudarán a desconectar, a liberar tensión y a coger fuerzas. Fomenta las ilusiones, las motivaciones y la esperanza.

4. Busca un aprendizaje, un enfoque positivo ante la adversidad

Una dificultad puede ser una oportunidad para aprender y entrenar tus capacidades. No te centres en el problema y en la queja. Ve en la búsqueda de soluciones. Aprende de la experiencia.

5. Salud emocional y Equilibrio Emocional

Identifica, analiza y regula lo que sientes. Todo es emoción, tú eres emoción, las emociones guían tus decisiones, tus motivaciones y tus ilusiones. Aprende a identificaras, a regularlas, a tolerarlas, a aceptarlas, a racionalizarlas, para decidir TÚ cómo quieres vivir, fomentando tu bienestar y tu serenidad.

6. Comparte emociones. Fomenta la expresividad

Las personas resilientes liberan sus emociones ante situaciones adversas, expresan lo que sienten y piensan, y lo hacen sin generar daño a otras personas. Esto les ayuda a liberar tensión acumulada. Es muy inteligente dejarse ayudar y pedir ayuda cuando la necesites.

7. Contacto social

Elige con quién quieres vivir, quién quieres que te acompañe, con quién quieres crecer, aprender y compartir tu tiempo. Elimina los deberías, las obligaciones y presiones autoimpuestas. El contacto social te hace tener una mente más abierta, más flexible, más tolerante ante las circunstancias.

8. Pon límites al control. Tolera la incertidumbre

Es normal querer tener certidumbres, certezas, la seguridad y la tranquilidad de saber lo que va a ocurrir, pero no es posible tenerlo todo bajo control.

9. Cuídate, mejora tu salud física

El exceso de cortisol provocado por el sufrimiento psicológico mantenido en el tiempo, empeora tu resiliencia, incrementando el estado de hiperalerta, disminuyendo el pensamiento asertivo, la proactividad y afectando físicamente a las respuestas inmunes. Una persona resiliente se cuida diariamente para contrarrestar los efectos que generan las situaciones de adversidad.

10. Sé realista

En la vida suceden acontecimientos tanto positivos como negativos, la vida es un cambio constante, esta es una de sus maravillosas cualidades. No caigas en la personalización no todo te pasa a ti.

11. Cuida a dónde llevas tu atención

Algunas emociones, como la ansiedad, la inquietud, el nerviosismo o el enfado, pueden dificultarnos a la hora de interpretar la realidad. Dependiendo de en dónde enfoquemos nuestra atención, con qué nos quedemos, qué filtremos. nos sentiremos de un modo u otro. Intenta tener una visión de conjunto y céntrate en los racional y objetivo y no sólo en tu interpretación.

12. Vive. Que el miedo no condicione tu vida

Dejemos de sentirnos atrapados por nuestros pensamientos, y por las emociones como el miedo, la impotencia o la vulnerabilidad, y trabajemos para aceptarlas y regularlas, tomemos las riendas de nuestra vida y sintámonos más libres. Vivamos el día a día.Aunque algunas personas nacen con una mayor facilidad para afrontar las dificultades, se puede aprender a ser resiliente, se puede entrenar nuestra capacidad para afrontar la adversidad para hacerlo del modo más eficaz y con el menor costo o impacto emocional.

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Estrategias para tener una buena comunicación con un niño autista

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Nota Por: Psicóloga Violeta Gutierrez                               07 de Agosto del 2025

Los apoyos visuales son señales concretas que ayudan a comunicarse y a desarrollar las habilidades lingüísticas. Pueden incluir el uso de símbolos, fotos, palabras escritas y objetos para ayudar a los niños con autismo a aprender y comprender el lenguaje, procesar la información y comunicarse. Damos por sentadas las distintas formas que tenemos de comunicarnos a diario, entre las que se incluyen:

El idioma: Cómo representamos la información: qué significan las palabras y cómo las combinamos.
Receptivo: se refiere a la forma en que su hijo entiende el lenguaje.
Expresivo: se refiere a cómo su hijo utiliza las palabras para expresarse.
El habla: Un medio verbal de comunicación, utilizando sonidos para formar palabras.
Métodos no verbales: gestos, expresión facial, contacto visual, etc.
Pragmática: Cómo los individuos utilizan el lenguaje en situaciones sociales. Incluye las siguientes reglas “tácitas” de la conversación, por ejemplo, respetar los turnos.

Muchos niños del espectro autista responden bien a la información visual. La información visual puede ser procesada y referida a lo largo del tiempo, mientras que la comunicación oral es instantánea y desaparece rápidamente.Los medios visuales pueden consistir en libros o tableros de comunicación que utilizan imágenes y/o palabras en tarjetas para ayudar al individuo a aprender la palabra y su significado. El niño puede señalar la imagen cuando quiera comunicarse. Por ejemplo, si tiene sed, puede señalar la imagen de un vaso de agua. A medida que aprenda más símbolos y palabras, podrá utilizarlos para crear frases y responder a preguntas. Los demás también pueden utilizar las imágenes para comunicarse con el niño. Es lo que se conoce como Sistema de Comunicación por Intercambio de Imágenes y puede utilizarse para desarrollar una comunicación intencional y funcional.

Otra herramienta de apoyo es el horario visual o ilustrado. Ayuda a las personas a aprender pasos rutinarios, como prepararse para ir a la cama. Una serie de imágenes muestra los pasos en orden y, con el tiempo, los aprenden. Los calendarios visuales pueden utilizarse para mostrar a una persona con espectro lo que va a ocurrir a continuación o cuándo se va a producir un cambio en la rutina. Como a las personas con espectro no les suelen gustar los cambios, esto puede ayudarles a prepararse para ellos y a afrontarlos más fácilmente.

Estrategias de comunicación en el autismo. – La comunicación aumentativa y alternativa (CAA) ayuda a las personas que no pueden hablar o son muy difíciles de entender. La CAA se refiere a todas las formas en que alguien se comunica además de hablar. Esto proporciona otra forma de ayudarles a comunicarse que no sea verbalmente. La CAA incluye:

Lenguaje de signos
Gestos
Imágenes, fotos, objetos o vídeos
Palabras escritas
Ordenadores, tabletas u otros dispositivos electrónicos

Las personas que utilizan CAA también pueden aprender a leer y escribir.

Los dispositivos de generación de voz reproducen palabras pregrabadas mediante un interruptor o un botón, o bien emiten el sonido del texto que se teclea en ellos. Siguiendo con el ejemplo anterior, un niño hambriento puede pulsar el botón con la imagen comida y el dispositivo le dirá: Quiero comer. Estas herramientas pueden utilizarse para sustituir al habla, pero también para ayudar al niño a desarrollarla. Para ello, ayudan al niño a reconocer patrones de sonido, que pueden utilizarse con ayudas visuales para desarrollar habilidades lingüísticas.

Estrategias de comunicación en el autismo: Pautas para niños autistas no verbales

No importa en qué parte del espectro autista se encuentre el niño, siempre tendrá la capacidad de comunicarse de alguna manera. Estas son algunas pautas sencillas que debes tener en cuenta para ayudar a tu hijo a comunicarse contigo y con los demás.

Fomente el juego y la interacción social. Todos los niños aprenden jugando, y eso incluye el aprendizaje del idioma. El juego interactivo es una deliciosa oportunidad para que usted y el niño se comuniquen. Juegue a cosas que le gusten a el. Incorpore actividades lúdicas que fomenten la interacción social. Durante sus interacciones, agáchese cerca de su hijo para que su voz y su cara estén más cerca de él, aumentando así la posibilidad de que le mire.

Imítense mutuamente. Copiar los sonidos y comportamientos de juego del niño fomentará la vocalización y la interacción. También anima a tu hijo a imitarte y a respetar los turnos. Asegúrese de imitar la forma de jugar de su hijo, siempre que sea un comportamiento positivo. Por ejemplo, si tu hijo hace rodar un coche por el suelo. Asegúrate de no imitar comportamientos inadecuados, como tirar el coche.

Concéntrese en la comunicación no verbal. Los gestos y el contacto visual pueden sentar las bases del lenguaje. Anime al chico modelando y respondiendo a estos comportamientos. Exagere sus gestos. Utilice tanto su cuerpo como su voz al comunicarse; por ejemplo, extendiendo la mano para señalar cuando diga mira y asintiendo con la cabeza cuando diga sí. Utilice gestos que sean fáciles de copiar para el chico. Por ejemplo, aplaudir, abrir las manos, extender los brazos. Responda a los gestos del chico: Cuando mire o señale un juguete, dáselo o hazle caso para que juegue con él, señale un juguete que quiera antes de cogerlo.

Dale tiempo al chico para que hable. Cuando un niño no responde con rapidez, es natural que queramos completar las palabras que faltan. Es esencial darle muchas oportunidades de comunicación, aunque no hable. Cuando le hagas una pregunta o veas que el chico quiere algo, haz una pausa de varios segundos mientras le miras con entusiasmo. Esté atento a cualquier sonido o movimiento corporal y responda con prontitud. La rapidez de su respuesta ayuda al niño a sentir el poder de la comunicación.

Simplifique su lenguaje. Sea literal y obvio al elegir su lenguaje. Diga exactamente lo que quiere decir. Hable con frases cortas como rueda la pelota o lanza la pelota. Esto aumentara el número de palabras de una frase y el vocabulario del chico.

Siga los intereses del niño. En lugar de interrumpir la atención del pequeño, sígalo con palabras. Utilice palabras sencillas sobre lo que está haciendo. Al hablar de lo que le interesa, le ayudará a aprender el vocabulario asociado.

Considere los dispositivos de ayuda y los apoyos visuales. Las tecnologías de apoyo y los soportes visuales pueden hacer algo más que sustituir el habla. Pueden fomentar su desarrollo. Algunos ejemplos son los dispositivos y las aplicaciones con imágenes que el pequeño toca para producir palabras. Por tu tiempo invertido en esta lectura, muchas gracias.

 

 

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Deja de evadir tus emociones y empieza a enfrentarlas

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Nota redactada por: Psicóloga Violeta Gutiérrez     31 de Julio del 2025

Las emociones reprimidas son las que guardamos y acumulamos por el temor a sentirlas, tratamos de ignorarlas. Son aquellos sentimientos que queremos ocultar, esconder en lo más profundo de nuestro ser. Pero por muy escondidasque estén, tarde o temprano salen a la superficie. Puede que no lo hagan de una forma evidente, pero desde luego será disruptiva para nuestra forma de ser, afectando a nuestro comportamiento y nuestro bienestar psicológico, emocional y en algunos casos también físico.

Las emociones son inherentes al ser humano, no podemos separarlas de nosotros, pues biológicamente todos nacemos con la capacidad de sentir. Saber identificar y expresar nuestras emociones, en vez de evitarlas es una forma de conocer nuestra identidad, puesto que tenemos la respuesta al porqué nos sentimos de una determinada forma y por qué nos comportamos de la manera cómo lo hacemos. Detectar nuestras emociones nos permite entendernos a nosotros mismos, evitando comportarnos de formas poco adaptativas a largo plazo.

Nuestro historial de experiencias junto con la forma en cómo percibimos y sentimos, unido con nuestras opiniones y creencias son filtros de la realidad que nos envuelve, realidad que nunca podremos entender porque siempre la recibimos procesada por nosotros mismos. Es por ello que cada persona puede interpretar el mundo desde diferentes ángulos, sintiéndose de formas también muy distintas. Saber cómo interpretamos el mundo es una forma que nos permitirá mejorar como personas, ganando en salud y bienestar.

Hay que prestar atención a nuestras emociones y los síntomas que da nuestro cuerpo sobre cómo nos podemos estar sintiendo. A veces, las emociones no es que estén reprimidas, sino que no son debidamente identificadas y, al ser malinterpretadas, pueden acabar haciéndonos daño al no saber qué nos pasa. Sabiendo qué sentimos y dándole voz a nuestras emociones las liberamos de la represión, y consecuentemente evitamos que nos desgasten psicológicamente.

La importancia de liberar nuestras emociones

Las personas solemos ocultar lo que sentimos porque creemos que no es importante o, incluso, que expresándolo puede que nos traiga problemas. Mantenerlas ocultas es lo que nos traerá problemas a largo plazo. Lo que permanece oculto por demasiado tiempo puede cristalizarse, convertirse en una vivencia muy desgastante y dañina. Las emociones son como la energía y, al igual que sucede en el mundo de la física, nada se crea ni se destruye, sino que se transforma. Puede que esa emoción reprimida se convierta en una conducta del que nos arrepintamos luego.

Liberar nuestras emociones no debe ser tomado como sinónimo de expresar las cosas sin tacto ni empatía. Ser asertivo significa saber expresar lo que sentimos y pensamos, pero de una forma no perjudicial para otras personas. Puede que uno de los motivos por los que nos sentimos mal es porque alguien nos ha dicho o hecho algo que no nos ha sentado bien, pero no podemos hablar de liberación si eso implica quitarle cierta libertad a los demás. Nuestras palabras deben ser debidamente reflexionadas antes de ser dichas.

Si reprimimos las emociones, serán tan intensas y durar tanto tiempo que nos impiden pensar con lucidez, haciendo que nuestros criterios de hacer y decir según qué cosas se vean alterados. Nos comportamos de forma más irracional e impulsiva, cometiendo más errores y diciendo cosas de las que seguramente nos arrepintamos. Por ello, nunca debemos prometer ni discutir cuando estemos enfadados o tristes, y antes debemos tratar de calmarnos y tener la mente fría.

¿Por qué reprimimos nuestras emociones?

Reprimir cómo nos sentimos no es sano y traerá problemas de salud física y emocional. Teniendo en cuenta esto, ¿por qué reprimimos nuestras emociones? La respuesta se encuentra en cómo hemos sido educados en nuestras familias, especialmente en sociedades occidentales, en donde se nos enseña que hay emociones socialmente aceptables mientras que otras son más adecuadas para contextos más íntimos y personales.

Las emociones son siempre útiles sabiendo cuando y donde expresarlas y de la manera adecuada dependiendo del contexto y  las circunstancias. Es cierto que las emociones cómodas son más fáciles de expresar que las emociones incomodas, pero las segundas se deben sentir en los momentos que corresponde, porque si se ocultan, acabarán resurgiendo más tarde, en momentos en los que no les corresponde, y es ahí donde verdaderamente se va a generarun problema de adaptación. Lo perjudicial no es sentir emociones incomodas, sino tratar de ocultarlas.

Las emociones nos guían para saber cómo actuar ante determinadas situaciones. Si las ignoramos perdemos el objetivo real de la emoción, a la par que gastamos gran cantidad de energía que nos desgastara física, mental y emocionalmente. No podemos estar mal todo el rato.

Las emociones reprimidas nos harán daño. Si no las dejamos salir o no las gestionamos adecuadamente van a acumularse hasta tal punto que no vamos a poder aguantar más, además de que nuestra salud se va a ver afectada, siendo necesario recurrir a diferentes profesionales de salud mental, como psicólogos y médicos psiquiatras, para tratar de arreglar el daño, dando tratamiento eficiente que ayude a las personas a saber enfrentar y vivir sus emociones en vez de seguirlas evadiendo. Estos son algunos de los principales problemas de reprimir las emociones:

1. Estallido emocional.

2. Somatización.

3. Depresión y ansiedad.

4. Dependencia a medicamentos.

Deja de evadir y date permiso de sentir, no lo dejes para después, el momento es hoy. Gracias.

 

 

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