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Cambios psicológicos en la menopausia

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Redactado por: Psicóloga Violeta Gutiérrez

Los descensos hormonales que acompañan a la menopausia son responsables de diferentes síntomas que pueden afectar a la salud y a la calidad de vida de las mujeres. Algunas de estas molestias provocan efectos a nivel psicológico, incluso los propios cambios físicos implican alteraciones emocionales como depresión, estados de ansiedad e irritabilidad. El grado con el que aparecen estas molestias depende de la respuesta hacia los cambios hormonales que presenta cada mujer, como sucede en los casos de depresión posparto o síndrome premenstrual.

El descenso de estrógenos y progestágenos en el organismo femenino puede desembocar en estados depresivos durante el climaterio. Según diversos estudios, las mujeres que han sido sensibles a los cambios hormonales que provocan el síndrome premenstrual o que aparecen tras el parto, aumentan sus posibilidades de sufrir depresión en esta etapa de su vida.

Si no se toma en cuenta el aspecto psicológico sobre el proceso por el cual atraviesa la mujer en este período, la menopausia es percibida tanto por la mujer como por su familia como una disfunción endocrinóloga (en el sistema hormonal) el cual produce trastornos graves especialmente en el tipo de mujeres que manifiestan trastornos de personalidad, inmadurez o con problemas de tipo neurótico. Cuando no se cuenta con la orientación psicológica debida, el proceso de la menopausia puede llegar a convertirse en una verdadera tortura y un gran peso emocional no solo para la mujer que atraviesa por esta etapa, sino para su familia y la sociedad en general.

Los conflictos psicológicos que estaban a un nivel inconsciente se hacen presentes al estar la mujer plenamente consciente que su etapa reproductiva llegó a su fin y que ha empezado el proceso del envejecimiento en su cuerpo. Es por eso que problemas tales como cambios bruscos en el temperamento y conflictos de tipo neurótico, estados depresivos y de ansiedad salen a flote más frecuentemente, este tipo de conductas ya se habían experimentado en el pasado. La menopausia es una etapa que puede afectar la autoimagen. Esta fase conduce a conflictos tales como insatisfacciones a nivel profesional, autoestima, angustias y estados emocionales que afectan la sexualidad de la mujer y por consiguiente a su pareja.

Los problemas de tipo fisiológico también determinan la severidad de la crisis por la que la mujer atravesará durante la menopausia. Cuando la mujer se adapta a estos cambios psicosomáticos de una manera positiva y toma conciencia que está atravesando por una fase transitoria en su vida, aceptará más fácilmente estos cambios y al hecho de que ya no está en capacidad de reproducir pero que podrá continuar disfrutando de actividades que le gustan y de una vida sexual y social satisfactoria.  En ningún caso la menopausia debe ser percibida como una enfermedad: es un periodo de transición en el que muchas mujeres experimentan un duelo a través de un intenso proceso emocional. Además de los síntomas físicos, los cambios hormonales derivados del proceso de la menopausia pueden causar síntomas psicológicos, entre los que podemos incluir:

  • Alteraciones del estado de ánimo
  • Ansiedad
  • Sintomatología depresiva
  • Irritabilidad
  • Insomnio
  • Menor deseo por las relaciones sexuales
  • Fatiga mental
  • Falta de concentración y de memoria

A nivel social encontramos creencias y tabús sobre la menopausia, generando efectos emocionales negativos a causa del cambio hormonal, provocando un miedo anticipatorio a padecer ciertos trastornos corporales como sofocaciones, irritabilidad, ausencia de deseo sexual, pudiendo llegar a generar una imagen de mujer deteriorada y débil.

Las intervenciones psicológicas en las mujeres en esta etapa, nos ayudarán a aceptar el cambio del ciclo vital de la mujer, distinguir, evaluar y aliviar los síntomas físicos y psicológicos derivados del climaterio -fase previa a la menopausia-, fomentar una mejora en la calidad de vida de la mujer, identificar y controlar las preocupaciones excesivas y creencias irracionales, reestructurar ideas irracionales y erróneas sobre la visión de la menopausia a nivel físico, emocional y sexual, promover conocimientos y hábitos saludables y de autoayuda con el fin de mejorar la calidad de vida bio-psico-social, proporcionar técnicas que faciliten la gestión de emociones como ansiedad, depresión, etc.,  y prevenir posibles problemas de pareja.

La depresión durante la menopausia se muestra con diferentes síntomas como las ganas de llorar, fatiga, cambios de humor o irritabilidad. Este problema psicológico puede tener diferentes grados. Los casos de depresión mayor afectan sobre todo a las mujeres con tendencias depresivas a lo largo de su vida y no dependen solo del desorden hormonal, mientras que los estados depresivos leves aparecen en las que nunca han sufrido esta dolencia. La menopausia implica el fin de la etapa reproductiva y es la fase de transición hacia la edad senil. Este hecho conlleva multitud de cambios que modifican el aspecto físico de las mujeres, desde la aparición de arrugas hasta el aumento de la acumulación de grasa corporal.

El descenso de hormonas femeninas; estrógeno y progesterona puede llevar a la mujer a estados depresivos en el climaterio: Disminución del interés o placer en algunas actividades, ganas de llorar, insomnio o hipersomnia durante el día, fatiga o pérdida de energía, irritabilidad, alteraciones en el peso corporal y dificultad para concentrarse. Las mujeres en el climaterio ven envejecer su cuerpo y se producen problemas de autoestima y de miedo al cambio. Cada una vivirá este hecho de forma diferente y según su propia personalidad, pero es fundamental saber apreciar la parte positiva de la menopausia y la llegada de una etapa de plenitud en la vida de las mujeres. La llegada de la menopausia no debe ser en ningún caso un momento traumático. Aunque es una fase con grandes cambios, éstos no tienen por qué ser traumáticos y deben encararse con una serenidad y  optimismo.

 

 

Contacto:

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Cuáles son las secuelas físicas y emocionales que deja un abuso sexual durante la infancia

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Redactado por: Psicóloga Violeta Gutiérrez

11 de Julio del 2025

El abuso sexual infantil es un problema de salud pública que afecta a muchos menos en nuestro país. Solo en el 50% de los casos los niños revelan el abuso; únicamente el 15% se denuncia a las autoridades; y tan solo el 5% llegan aprocesos judiciales. Los menores cuentan con muchas limitaciones para denunciar los abusos sexuales y no presentar habitualmente manifestaciones físicas inequívocas (debido al tipo de conductas sexuales realizadas: caricias, masturbaciones. Son los indicadores sexuales los que más están relacionados con la experiencia traumática. Los indicadores deben valorarse de forma global y conjunta, ya que no se puede establecer una relación directa entre un solo síntoma y el abuso. De hecho, lo más útil puede ser estar pendientes de los cambios bruscos que tienen lugar en la vida del niño.

Efectos físicos:

Problemas de sueño (como pesadillas).
Cambios en los hábitos de comida.
Pérdida del control de esfínteres.
Estos efectos pueden aparecer durante la infancia y la adolescencia.

Efectos conductuales

Consumo de drogas o alcohol.
Huida del hogar.
Conductas autolesivas o suicidas.
Hiperactividad.
Bajo rendimiento académico.
La mayoría de estos comportamientos se presentan en la adolescencia, aunque el bajo rendimiento y la hiperactividad pueden comenzar desde la infancia.

Efectos emocionales

Miedo generalizado.
Hostilidad y agresividad.
Culpa y vergüenza.
Depresión y /o ansiedad.
Baja autoestima y sentimientos de estigmatización.
Rechazo del propio cuerpo.
Desconfianza y rencor hacia los adultos.
Trastorno de estrés postraumático.

Efectos sexuales

Conocimiento sexual precoz o inapropiado para la edad.
Masturbación compulsiva.
Excesiva curiosidad sexual.
Conductas exhibicionistas.
Problemas de identidad sexual.
Todos estos efectos aparecen principalmente en la infancia y adolescencia, con problemas de identidad sexual predominando en la adolescencia.

Efectos sociales

Déficit en habilidades sociales.
Retraimiento social.
Conductas antisociales.
El retraimiento social y los déficits sociales comienzan en la infancia, mientras que las conductas antisociales se observan más en la adolescencia.

Secuelas emocionales en las víctimas de abuso sexual infantil:

Los menores muy pequeños pueden no ser conscientes del alcance del abuso sexual en

las primeras fases, lo que puede explicar la compatibilidad de estas conductas con el cariño mostrado al adulto por el menor. Hay niños que verbalizan el abuso sexual de la siguiente forma: “mi papá hace un pipí blanco”, “yo no me enteraba porque estaba dormido”, “me dice que no se lo diga a nadie”.

a) Consecuencias a corto plazo:

Al menos un 80% de las víctimas sufren consecuencias psicológicas negativas. El alcance del impacto psicológico va a depender del grado de culpabilización del niño por parte de los padres, así como de las estrategias de afrontamiento de que disponga la víctima. En general, las niñas tienden a presentar reacciones ansioso-depresivas; los niños, fracaso escolar y dificultades inespecíficas de socialización, así como comportamientos sexuales agresivos.

Respecto a la edad, los niños muy pequeños en la etapa de preescolar, al contar con limitados recursos psicológicos, pueden mostrar estrategias de negación de lo ocurrido.

En los niños un poco mayores en la etapa escolar son más frecuentes los sentimientos de culpa y de vergüenza ante el suceso. El abuso sexual presenta una especial gravedad en la adolescencia porque el padre puede intentar el coito, existe un riesgo real de embarazo y la adolescente toma conciencia del alcance de la relación incestuosa. No son por ello infrecuentes en la víctima.

b) Consecuencias a largo plazo:

Los problemas más habituales son las alteraciones en la esfera sexual, disfunciones sexuales y menor capacidad de disfrute, principalmente, la depresión y el trastorno de estrés postraumático, así como un control inadecuado de la ira en el caso de los varones, volcada al exterior en forma de violencia; en el de las mujeres, canalizada en forma de conductas autodestructivas.

En otros casos, el impacto psicológico a largo plazo del abuso sexual puede ser pequeño (a menos que se trate de un abuso sexual grave con penetración) si la víctima no cuenta con otras adversidades adicionales, como el abandono emocional, el maltrato físico, el divorcio de los padres, una patología familiar grave, etc. Desde el punto de vista del trauma en sí mismo, lo que predice una peor evolución a largo plazo es la presencia de sucesos traumáticos diversos en la víctima, la frecuencia y la duración de los abusos, la posible existencia de una violación y la vinculación familiar con el agresor, así como las consecuencias negativas por larevelación del abuso por ejemplo, dañar el vinculo familiar al dudar del testimonio del menor.

Secuelas del abuso sexual en la vida adulta:

Secuelas físicas

Dolores crónicos generales.
Hipocondría y trastornos de somatización.
Alteraciones del sueño, como pesadillas.
Problemas gastrointestinales.
Desórdenes alimenticios, especialmente bulimia.

Secuelas conductuales

Intentos de suicidio.
Consumo de drogas y/o alcohol.
Trastorno disociativo de identidad (personalidad múltiple).

Secuelas emocionales

Depresión y /o ansiedad
Baja autoestima.
Estrés postraumático.
Trastornos de personalidad.
Desconfianza y miedo hacia los hombres.
Dificultad para expresar o recibir sentimientos de ternura e intimidad.

Secuelas sexuales

Fobias o aversiones sexuales.
Falta de satisfacción sexual.
Alteraciones en la motivación sexual.
Trastornos en la activación sexual y del orgasmo.
Creencia de ser valorada solo por el sexo.

Secuelas sociales

Problemas en las relaciones interpersonales.
Aislamiento.

No olvides que es importante que todos aquellos que hayan experimentado alguna situación de abuso sexual, busquen atención psicológica, medica y legal para mejorar el estado de la víctima y asegurar su acceso a la justicia.

 

Contacto: email: violetags14@gmail.com

Facebook: Psicóloga Violeta Gutiérrez

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Cifras preocupantes ante el abuso sexual infantil en México

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Redactado por: Psicóloga Violeta Gutiérrez  

10 de Julio del 2025, Cd. Camargo Chihuahua

La violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes existe, y es todo contacto y/o actividad sexual donde una persona ejerce una posición de poder sobre ella o él, sin su consentimiento o valiéndose de amenazas, violencia física, psicológica u obteniendo su consentimiento por medio de engaños.

Este tipo de violencia tiene muchas formas, no sólo es la invasión física del cuerpo humano, pueden incluir actos como forzar a ver imágenes sexuales, también puede ser el uso de lenguaje inapropiado o incluso pedir o sacar fotos que hagan sentir incómodos a niñas, niños y adolescentes. El Abuso Sexual Infantil en México, tiene muchas formas que a continuación, se enuncian:

Exhibicionismo, o mostrarse desnudo(a) ante una niña, niño o adolescente.
Comunicaciones obscenas a través de llamadas telefónicas, mensajes de texto o redes sociales.
Producir, poseer o compartir imágenes o películas pornográficas en las que participen niñas o niños.
Manoseos o caricias.
Relaciones sexuales de cualquier tipo con una niña, niño o adolescente.
Tocamientos frente a una niña, niño o adolescente o forzar a que ellas y ellos lo hagan.
Explotación sexual de niñas, niños y adolescentes.

El confinamiento causado por la pandemia, impactó en acelerar la comunicación de niñas, niños y adolescentes en plataformas educativas, sociales o esparcimiento en internet, por ello, es importante mencionar, que, el abuso sexual infantil no siempre son tocamientos, también puede ser el uso de lenguaje inapropiado, no sólo de manera presencial sino en la web.

De acuerdo a la Dirección del Centro de Respuesta de Incidentes Cibernéticos de la Dirección General Científica de la Guardia Nacional, en el marco de los primeros meses de pandemia, los reportes de pornografía infantil incrementaron en un 73%.

Antes de la pandemia, México ocupaba el 1er lugar mundial en consumo de pornografía infantil (PCF,2018), el 2do productor y distribuidor mundial y el 1ero en América Latina (ECPAT, 2019); entre los países que integran la OCDE, ocupamos 1er lugar en violencia sexual en contra de niñas, niños y adolescentes (OCDE, 2019).

Delitos sexuales a la niñez de México

De acuerdo, a datos de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) en el 2015, en el país, se cometen al menos 600 mil delitos sexuales cada año, donde 9 de cada 10 víctimas son mujeres y 4 de cada 10 son menores de 15 años de edad.

Además, la mitad de delitos sexuales son cometidos en el hogar y el 70% de las veces por parte de familiares o personas conocidas, hombres en casi todos los casos. De acuerdo a la CEAV, el abuso sexual infantil, tiene impactos emocionales y físicos en niñas, niños y adolescentes, los cuáles se enuncian de manera general:

Emocionales:

Ansiedad y/o depresión.
 Rechazo del contacto afectivo que antes era aceptado.
Miedo a determinada persona o lugares.
Manifestaciones de afectos o conocimientos sexuales inapropiados para su edad.
Insomnio, pesadillas o sueño inquieto.
Miedo a la obscuridad.
En la adolescencia es más común la idea o intento suicida, el ausentismo escolar o el consumo de drogas.

Físicos:

Hemorragias, lesiones y cicatrices en genitales.
Infecciones urinarias recurrentes.
Infecciones de transmisión sexual.
En algunos casos, embarazo.

Si una niña, niño y adolescente expresa que ha sufrido abuso sexual, haz lo siguiente:

Mantén la calma.
Pon atención al relato y cree lo que dice.
Hablen del hecho a solas y de forma relajada, para darle la seguridad y protección que necesita.
Ponte en su lugar y escucha atentamente, no pidas que diga más de lo quiera y pueda contar.
Hazle saber que no es culpable, que el único responsable es el agresor o agresora.
Dile que fue valiente al contarlo, que le sigues queriendo mucho y que le vas a proteger y ayudar a superarlo.

Es importante no ignorar el suceso, ni convertirlo en un secreto familiar que le ocasione mas daño al menor, lo que sugiero es reportarlo a las autoridades correspondientes, acudir para recibir atención psicológica y médica, buscandoel acceso a la justicia y restitución del daño, así como acompañamiento jurídico apegado a derechos de niñas, niños y adolescentes.

Contacto: email: violetags14@gmail.com

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¿Qué puedo hacer cuando tengo un bajón emocional?

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Nota por: Psicóloga Violeta Gutiérrez      2 de julio de 2025

Hablare de este tema, porque muchos pacientes, amigos, familiares y yo también en algún momento, he tenido bajones emocionales en los últimos meses.

¿Es normal tener bajones emocionales?

Claro que sí.  Hemos vivido muchos cambios para los cuáles no estábamos preparados. Hemos sobrevivido a una pandemia, mucha gente está viviendo en la incertidumbre de qué sucederá con ellos mismos, con un duelo de un familiar, con una separación de pareja, con una pérdida de trabajo, etc.

No hay que preocuparse de más por presentar algún bajón emocional, pero debemos ver o ser conscientes con nosotros mismos de la frecuencia e intensidad de esos días. Uno puede sentir un momento, días, horas o incluso un día de bajón total), a lo mejor en ese día no se ven soluciones, todo se ve en blanco negro, ideas de extremos (todo o nada), tenerla lagrima floja, cambios de humor, sentirse susceptible o de mal genio. Si se ha sentido así, no pasa nada, es lógico y racional, porque son muchas cosas las que estamos viviendo solos o acompañados, lejos o cerca de nuestra familia, etc.

¿Cuándo me debo preocupar por sentirme con días de bajón?

Cuando esas emociones y sensaciones de bajón emocional se prolongan en el tiempo o aumentan de intensidad.
Cuando nos hacemos bola cómo dicen varios de mis pacientes y amigos; el no quiero hablar con nadie, porque no me apetece, porque no quiero molestar, entonces me aíslo conmigo mismo.
Cuando sienta a veces o de manera algo constante que la vida no tiene sentido, que no merece la pena vivirla.
Cuando pierda la ilusión por lo que antes me hacía feliz.
Cuando deje de comer o empiece a comer menos que antes.
Cuando duerma peor, tenga insomnio o no pare de estar en la cama durmiendo, porque al menos durmiendo, no piensa.
Podría decir mil situaciones, pero creo que éstas son las que mejor lo reflejan.

¿Qué puedo hacer para superar los días de bajón?

Intenta no aislarte.
No pienses que molestas. Al contrario, la gente quiere ayudarte. Muchas veces los pacientes me dicen o cuentan alguna situación que han tenido y les digo¿sabes que me puedes escribir?, ellos me contestan: no quiero molestar y yo les digo estoy aquí para ayudarte, escribe o llama cuando necesites. Luego lo aprenden y saben que me tienen para cuando lo necesiten, aunque en ese momento no tengan sesión.
Establece rutinas. Las rutinas suelen calman y proporcionar tranquilidad en el ser humano.
Si puedes y si te gusta incluye algo de ejercicio físico en tu vida. El deporte aumenta los niveles de serotonina y dopamina, dos neurotransmisores que hay en nuestro cerebro, son los encargados de aumentar nuestra motivación y felicidad.
Piensa que no estás sólo, te lo prometo, hay mucha gente que está pasando por lo mismo que tú. Busca apoyos en la gente que confíes, la gente que tengas al lado y sabes que te quiere.
No es para siempre. Una vez escuché una frase que me gustó mucho y en los días que a veces tengo de bajón, porque soy humana, la recuerdo y se la digo a mis pacientes (las emociones son pasajeras), recuerda que esto que sientes ahora, no tiene por qué permanecer mucho en el tiempo, lo sentirás y después de un tiempo cambiara a otra emoción.

Busca actividades que te generen un bienestar, una alegría, una satisfacción.

¿Qué hago si no desaparecen estas sensaciones de bajón?

Puede que estas sensaciones de bajón emocional ya los tuvieras de forma más intensa pero no les dabas importancia. Ahora mencionare algunos puntos que pueden ayudar en caso de que sea complicado resolver el bajón emocional:

Reconoce tus emociones sin juzgarte. Sentirte mal no te hace débil. Aceptar lo que sientes es el primer paso para mejorar.
Habla con alguien de confianza. Expresar lo que sientes con un amigo o familiar puede ayudarte a liberar carga emocional.
Busca apoyo profesional. Si el malestar persiste, acude a un psicólogo. Muchas universidades ofrecen atención gratuita o de bajo costo.
Evita el aislamiento. Aunque no tengas ganas, intenta mantener contacto con al menos una persona cada día.
Cuida lo básico. Dormir bien, comer de forma adecuada y moverte, aunque sea un poco tiene un gran impacto en tu estado emocional.
Aléjate de soluciones dañinas. El alcohol, el exceso de redes sociales o ignorar el problema solo lo agravan.
Practica la paciencia contigo mismo. Recuperarte lleva tiempo. Cada paso que tomas hacia tu bienestar cuenta.
En caso de urgencia, busca ayuda inmediata. Si sientes que la situación te sobrepasa o tienes pensamientos autolesivos, acude a líneas de apoyo o centros de salud mental.

El bajón emocional en si es algo que todos como personas llegamos a vivir en los momentos estresantes o complicados de nuestras vidas. Los bajones emocionales llegan a ser una parte natural de nuestra vida, lo importante es no ignorarlos, y saber cuando se necesita apoyo y cuando pedir ayuda. Este puede pasar de ser un signo de debilidad a uno de valentía y cuidado propio si es que se actúa correctamente. Recuerda que no estás solo y que existen los recursos para llegar a un bienestar y/o para salir del estancamiento.

Contacto: email: violetags14@gmail.com

Facebook: Psicóloga Violeta Gutiérrez

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