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Un año más, un año menos…

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Por Jesús M. Esparza Flores

¿Debemos celebrar el inicio de un nuevo año o debemos lamentar el tiempo transcurrido?  Se cuenta que, cruzando el desierto, un viajero vio a un nómada sentado al pie de una palmera. A poca distancia descansaban sus camellos, pesadamente cargados con oro y piedras preciosas: diamantes, rubís, zafiros y esmeraldas. El viajero se le acercó y le preguntó:

—¿Puedo ayudarle en algo? Me parece verlo muy preocupado.

—Tiene razón —respondió el árabe—. Estoy muy afligido porque acabo de perder la más preciosa de las joyas.

Extrañado, el viajero preguntó:

—¿Y qué joya era esa?

—Era una joya como no volverá a hacerse otra. Estaba tallada en un pedazo de piedra de la vida, y había sido hecha en el taller del tiempo. La adornaban veinticuatro brillantes, alrededor de los cuales se agrupaban sesenta joyas más pequeñas. Prenda igual, no podrá producirse jamás.

—Su joya debió haber sido preciosa —repuso el viajero—. ¿Pero no cree que, con el suficiente dinero que usted tiene, se pueda fabricar otra igual?

—¡Imposible! —exclamó el árabe—. Es que la joya perdida era un día, y un día que se pierde no vuelve a recuperarse jamás…

Desde las primeras civilizaciones, el ser humano ha contado el paso de los días y ha intentado dividir el tiempo en sistemas lógicos. Esta necesidad de representar el paso del tiempo llevó a la creación de los primeros calendarios. Cada pueblo adaptaba el calendario como un reflejo de su cultura: su religión, las festividades más importantes, el paso de las estaciones y la cosecha. Además de introducir nuevas observaciones y cálculos que han llevado hasta los calendarios actuales.

En la actualidad existen diferentes tipos de calendarios: el calendario chino, el hebreo, el hindú, el musulmán, el persa, el budista. El más utilizado en el todo el mundo es el calendario gregoriano, un calendario solar creado en 1582. Las civilizaciones más antiguas se basaban en la observación del cielo y las estrellas para contar el tiempo, aunque no era un método exacto. La posición de los planetas y las fases de la luna se convirtieron en la referencia: cuando la luna retornaba a la fase inicial de su órbita, el mes había terminado.

El calendario más antiguo del que se tiene conocimiento está en Aberdeenshire (Escocia) y data del 8,000 a.C. Se trata de un monumento del monolítico compuesto por 12 piedras que marcan la posición de la luna a lo largo de un año.

Algunas culturas también incluyeron el paso de las estaciones y las observaciones solares: eso dio origen a los calendarios lunisolares. Los sumerios y los babilonios fueron los pioneros en crear este tipo de calendarios hace 5,000 años en la región de Mesopotamia (actual Oriente Medio, ocupando parte de Irak, Turquía y Siria).

Los sumerios (sur de Mesopotamia, donde actualmente se encuentra Irak), dividieron el año en doce ciclos lunares, aunque este tiempo no coincidía con el año solar, que era más largo. Así que añadían un mes cada cuatro años para compensar. Más tarde, los babilonios fraccionaron el día en 24 horas y la hora en 60 minutos. El calendario sumerio inspiró el calendario de otras civilizaciones como los hebreos, los antiguos egipcios y los griegos clásicos.

Por su parte, los primeros calendarios solares aparecieron en Egipto hace 3,000 años. Los astrónomos y matemáticos egipcios descubrieron que el año duraba 365 días, dividieron el calendario en 12 meses de 30 días cada uno y tomaron festivos los 5 días que sobraban cada año.

Hace unos 2,000 años, la civilización maya creó su propio calendario en ciclos de 52 años. Los mayas calcularon las fechas desde el 3114 a.C. hasta el año 2012, donde muchos creyeron que era el fin del mundo.

Los primeros calendarios romanos tenían 10 meses, de marzo hasta diciembre, y solo contaban con 304 días. Con el paso del tiempo, los astrónomos romanos mejoraron sus observaciones del cielo y definieron un calendario de 12 meses y 355 días a partir del siglo VII a.C.

Siglos después, en el año 45 a.C., el famoso político y militar Julio César estableció un nuevo calendario: el calendario juliano. Este constaba de 365 días, ya que se le agregaron 10 días para completar el giro de la Tierra alrededor del Sol. Tras la muerte de Julio César, en el año 44 a.C., el senado romano decidió dedicarle el mes de julio en su honor. Su sucesor, el emperador César Augusto, decidió que el mes siguiente fuera dedicado a su persona: agosto. Tanto julio, como agosto, ganaron un día y pasaron a tener 31 días. Estos dos días fueron retirados de febrero, que pasó a tener 28 días. Para evitar el desajuste con el año solar, se añade un día extra a febrero, en los años bisiestos.

Los mayas también calcularon que el año solar tenía 365 días, pero las fechas se marcaban combinando tres calendarios diferentes: el Tzolkin o calendario divino, el Haab o calendario ceremonial y la Cuenta Larga, que contemplaba un período de más de 5,000 años.

Sin embargo, el desfase con el ciclo solar llevó al Papa Gregorio XIII a encargar un nuevo calendario en 1582, que luego llevó su nombre: calendario gregoriano, aunque se trata del calendario más preciso, utilizado en casi todo el mundo, cada año se desajusta 26 segundos. Dentro de 3,300 años, tendremos que añadir un día más para ajustar el calendario.

El Año Nuevo chino es la festividad tradicional más importante del año en el calendario chino, celebrada también en otros países en el este y del sudeste de Asia. El año 2022 sería en la República Popular China el 4720, año del tigre de agua. Basado en el calendario lunisolar tradicionalmente utilizado en China, las celebraciones comienzan el primer día del primer mes lunar y terminan el día quince, cuando se celebra el Festival de los Faroles. Durante este periodo, se produce la mayor migración humana del planeta, el «movimiento de primavera», con millones de personas viajando a sus lugares de origen para celebrar las fiestas con sus familias. El año 4720, según el calendario chino, comenzó el 1 de febrero de 2022, y su cómputo parte desde el año 2697 a. C.

En Marruecos, el calendario juliano se sigue utilizando hasta hoy en gran parte del país, sobre todo en las regiones de habla tamazigh (bereber). Se puede estimar el número de usuarios, en unos 10 millones de personas. Conocido como “año campesino” (fel·lahí en árabe), el año juliano figura, junto con el gregoriano y el lunar islámico, en todos los almanaques de pared populares. Los nombres de los meses reproducen los originales latinos, con variaciones de pronunciación regionales: Yennair, Febrair, Mars, Ibril, Mayu, Yuniu, Yuliuz, Ghusht, Shutambir, Ktober, Nuwambir, Duyambir.

Así es como, hoy en día, decidimos celebrar el inicio cada vuelta al sol desde un punto arbitrario de la órbita, que se identifica por el primero de enero, de acuerdo a nuestras costumbres. Las fechas y los días tienen el simbolismo que nosotros decidimos otorgarles. Y ya sea, por cuestiones astronómicas, religiosas, políticas y/o culturales, el simbolismo del 31 de diciembre es el de un año más en la cuenta del tiempo… y a la vez, un año menos.

Frases de la semana: “Pasamos el 1 de enero caminando por nuestras vidas, habitación por habitación, elaborando una lista de trabajos por hacer, grietas para reparar. Tal vez este año, para equilibrar la lista, debemos caminar por las habitaciones de nuestras vidas … No buscando defectos, sino potencial.” – Ellen Goodman. “La mala noticia es que el tiempo vuela. La buena noticia es que eres el piloto.” – Michael Altshuler “La partida de un año da la bienvenida a nuevos recuerdos”. – Munia Khan

Cantante recomendado de la semana: Mecano. Fue un grupo español de género pop, pioneros del tecno-pop, new wave y wave, activos entre 1981 y 1992, periodo al que hay que sumar una fugaz reaparición durante seis meses en 1998. Ana Torroja tuvo la idea de crear el grupo, al lado de Nacho y José María Cano, sin pensar que sus canciones marcarían a toda una generación. El grupo llevaba roto seis años, desde 1992, pero en 1998 José María Cano decidió hacerlo público. La cantante Ana Torroja ha confirmado, lo que era un secreto a voces: los roces, disputas y la lucha constante de egos entre los hermanos Cano motivaron la separación de Mecano. Ana fue una de las más afectadas, tanto que sin darse cuenta cayó en una fuerte depresión, lo que la llevó al borde de su vida, luego se mudó a México y ha vivido aquí desde entonces; aunque intentó grabar un disco como solista, su desempeño en los escenarios nunca ha sido el mismo. El espectáculo musical “Hoy No Me Puedo Levantar”, basado en sus canciones, ha tenido un éxito impresionante, nosotros lo hemos visto en tres ocasiones. Mis canciones favoritas de ellos son: Me cuesta tanto olvidarte; La fuerza del destino; el 7 de Septiembre; J.C; Tu; El uno, el dos, el tres; Cruz de navajas; Hijo de la luna; Hoy no me puedo levantar; Eugenio Salvador Dalí; Dalai Lama; Naturaleza Muerta y Un año más. De esta última canción, oigan la versión con Ana Torroja, Ximena Sariñana y Carla Morrison. Mención aparte, lo merece la canción “Vivimos siempre juntos” la cual produjo Nacho Cano ya estando fuera de Mecano, esta es la canción que más me une e identifica con Ileana: vivimos siempre juntos y moriremos juntos…

Canción recomendada de la semana: Un año más de Mecano. Año con año, esta canción nos acompaña a mí y a mi familia para dejar atrás el año y recibir uno nuevo en nuestras vidas, extrañando a quienes se nos adelantaron. Es una de las canciones más recordadas de Mecano  ya que  recuerda con nostalgia el paso del tiempo, nos transporta a las tradiciones españolas con las que dejan atrás la última noche  del año. Por medio de esta canción, Mecano proyecta un paisaje en nuestra mente sobre el cual se dibuja la Plaza de la Puerta del Sol en Madrid, con miles de asistentes, reunidos a la espera de las 12 campanadas que dará el reloj, para marcar así el comienzo de un año nuevo. Si Mariah Carey tiene en su All I want for Christmas is you su canción que suena cada época navideña, a Mecano le ocurre lo mismo con su himno de despedida en cada noche de fin de año y que se ha convertido, en uno de los temas más escuchados de nuestro país en las plataformas digitales. Lo dijo en su momento José María Cano y no le faltaba razón: un año más, es una auténtica foto instantánea de un momento muy concreto, esos minutos que separan el 31 de diciembre del 1 de enero de cada año. La parte más emotiva de la canción dice: “Y en el reloj de antaño como de año en año, cinco minutos más para la cuenta atrás, hacemos el balance de lo bueno y malo, cinco minutos antes de la cuenta atrás. Y aunque para las uvas hay algunos nuevos, a los que ya no están le echaremos de menos, y a ver si espabilamos (sacudirse el sueño o la pereza. Apresurarse, darse prisa en la realización de algo) los que estamos vivos y en el año que viene nos reímos…”

 

Por hoy es todo. Pues me voy…    jesusmesparzaf1962@gmail.com

Posdata: No se aceptan críticas, porque ¿saben ustedes cual es la diferencia entre una crítica positiva y la negativa? Pues, la positiva es toda la que yo hago y, la negativa es… ¡toda aquella que me hacen a mí!

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9 hábitos que practican regularmente las personas con alta seguridad y confianza

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Redacción por: Psicóloga Violeta Gutiérrez

10 abril 2025, Ciudad Camargo, Chihuahua.

¿Cuántas veces has dudado de tus capacidades? ¿Cuántos momentos te has sentido inseguro o has dejado de hacer algo por temor, por no confiar o por creer no estar a la altura? En ocasiones tenemos tanto miedo a fracasar o a no hacerlo bien, que muchas veces no nos arriesgamos.

Lo curioso de esta situación es que la experimentamos varias veces a lo largo de nuestra vida. Sin embargo, admiramos a esas personas que son capaces de avanzar, a esas que pisan fuerte, con confianza y con una soltura que parecen estar preparadas para enfrentarse a todo con tal de conseguir sus objetivos. Cuando se trata de confianza, una cosa es segura: las personas realmente seguras de sí mismas tienen la ventaja sobre aquellas que dudan, ya que son capaces de hacer que las cosas sucedan.

Las personas seguras y confiadas que se lanzan a cualquier reto sin dudar, no son de otro planeta, sino que poseen unas cualidades que se pueden cultivar y desarrollar. La autoconfianza es como un músculo, puedes ir ejercitándola y fortaleciéndola con el tiempo. Un estudio reciente de la Universidad de Melbourne mostró que quienes son seguros de sí mismos tienen un mejor salario.

¿Qué es lo que separa a las personas seguras de sí mismas del resto de las personas?

1. Encuentran la felicidad dentro de ellos

La felicidad es un elemento crítico de la confianza porque para ser alguien seguro debes ser feliz con lo que haces. Estas personas encuentran la satisfacción en sus propios logros; saben que sin importar lo que diga la gente, nunca se es tan malo o tan bueno como piensan los demás.

2. No juzgan

Las personas seguras de sí mismas no juzgan a otras porque saben que todos tienen algo bueno que ofrecer y no necesitan rebajar a alguien para sentirse bien consigo mismas. Saben qué tan limitante es compararse con otra persona y lo cansado que puede ser pasar el tiempo preguntándose si uno es lo suficientemente bueno.

3. Escuchan más de lo que hablan

Las personas seguras escuchan más de lo que hablan porque no tienen nada que probar. Saben que si prestan atención a otros, aprenderán más cosas. En vez de ver sus interacciones como oportunidades de probarse ante los demás, las ven como la herramienta ideal para acercarse a las personas.

4. Hablan con certeza

Son individuos asertivos que saben que es muy difícil hacer que las personas te escuchen si no eres capaz de hablar con convicción. Es por eso que son personas que saben hacerse escuchar, que hablan desde el conocimiento, se expresan con firmeza, claridad y hablan mirando a los ojos de los demás

5. Hacen ejercicio

Una investigación del Eastern Ontario Research Instituteencontró que las personas que hacen ejercicio dos veces por semana se sienten más capaces en el ámbito social, atlético y académico. También tienen una mejor imagen corporal y una autoestima más alta. Lo mejor de todo es que esto no se logró con los cambios físicos que tardan en apreciarse sino con la descarga inmediata de endorfinas que resultan de hacer ejercicio.

6. No buscan llamar la atención

La gente suele alejarse de aquellos individuos que se esfuerzan por llamar la atención. Las personas con una buena confianza saben que ser auténticos es más efectivo que parecer alguien importante. Las personas se dan cuenta de tu actitud muy rápido y eso las atrae más que escuchar a cuántas personas importantes conoces.

No solo eso, las personas seguras de sí mismas no pretenden ser el centro de atención. Cuando reciben las miradas de todos por un logro que obtuvieron se aseguran de que las personas que trabajaron a su lado reciban el mismo reconocimiento.

7. No temen equivocarse

Este tipo de personas gustan de expresar su opinión para saber si se sostiene enfrente de las perspectivas de los demás. De hecho, disfrutan saber que se equivocan cuando pueden aprender algo con ello.

8. Ponen “la carne en el asador”

Cuando las personas seguras ven una oportunidad, no dudan en tomarla con todo lo que tienen. En vez de preocuparse sobre lo que podría salir mal, se preguntan “¿Qué podría detenerme?” y se lanzan a atrapar el éxito. No es que no sientan miedo, es que no permiten que los detenga.

9. No temen pedir ayuda

Las personas realmente seguras de sí mismas saben que pedir ayuda no los hace parecer débiles o ignorantes. Conocen bien cuáles son sus fortalezas y debilidades y se apoyan en otras personas cuando saben que carecen de una característica necesaria para lograr algo. También saben que aprender de alguien que tenga experiencia es una forma fenomenal de mejorar.

 

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Conoce los beneficios del orgasmo en tu salud física y mental

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Redactado por: Psicóloga Violeta Gutiérrez

03 Abril 2025, Camargo, Chihuahua

Experimentar un orgasmo no solo es una experiencia placentera, sino que también ofrece importantes beneficios físicos y psicológicos. Durante el orgasmo, el cuerpo libera endorfinas, hormonas responsables de generar la sensación de felicidad y bienestar. Se ha demostrado que los orgasmos pueden mejorar la calidad del sueño y aliviar el dolor, ya que la liberación de oxitocina durante el clímax tiene un efecto analgésico.

Los orgasmos mejoran la circulación sanguínea y refuerzan la salud cardiovascular. Cuando nos acercamos al orgasmo, nuestra frecuencia cardíaca aumenta, lo que puede ayudar a mejorar la circulación sanguínea y fortalecer el músculo cardíaco. Si buscas una forma natural de reducir el dolor de cabeza o los dolores menstruales, recuerda que el orgasmo puede ser un gran aliado.

El orgasmo tiene un impacto directo en nuestra salud mental, ayudando a reducir nuestros niveles de estrés y ansiedad.Durante el clímax, tu cuerpo libera una combinación de hormonas, incluidas las mencionadas endorfinas y la serotonina, conocidas por mejorar el estado de ánimo y reducir la percepción de estrés. Al mismo tiempo, la dopamina, que se libera en tu cerebro, te genera una sensación de placer y recompensa, lo que ayuda a que te sientas más relajada/o.

Estudios demuestran que las personas que tienen orgasmos frecuentes reportan menores niveles de ansiedad y una mayor sensación de bienestar emocional. El sexo reduce el riesgo de mortalidad y puede disminuir un 22% el riesgo de cáncer de próstata en los hombres. El placer sexual y el orgasmo tienen una importancia mayor de la que solemos conferirle. La intimidad mejora la conexión y consolida el amor en las relaciones de pareja, a la vez que refuerza la autoestima y aumenta la autoconfianza. También mejora la salud cardiovascular, ayuda a dormir mejor, favorece el crecimiento de la masa ósea y muscular y protege al cerebro del daño cognitivo. Ayuda a liberar las tensiones, aliviar el estrés y reducir la ansiedad, de manera que mejora, nuestro bienestar general.

Se conoce que sólo el 61,6% de las mujeres llega al orgasmo en sus relaciones sexuales frente al 85,5% de los hombres. El 95% de los casos que no pueden alcanzar el clímax se debe a causas psicológicas. A la par, un estudio reciente realizado en la Universidad de Indiana reveló que la frecuencia de las relaciones sexuales y la búsqueda del placer sexual se ha reducido considerablemente estos últimos años, sobre todo entre los más jóvenes. El motivo se relaciona con el incremento de las tasas de ansiedad, estrés y depresión a nivel mundial. Y es que, contrario a lo que muchas personas piensan, el orgasmo y el placer sexual no son una mera reacción física u hormonal, sino que están estrechamente relacionados con lo que sucede en nuestra mente.

Solemos entender el orgasmo como el momento culminante del acto sexual, pero, en realidad, es mucho más complicado de lo que imaginamos. El orgasmo, entendido como esa serie de cambios y reacciones que se experimentan en el punto culmen de excitación sexual, comienza a gestarse desde mucho antes en nuestra mente. El detonante puede ser un pensamiento, una imagen visual o un estímulo que es el responsable de activar el mecanismo. A partir de ese momento, comienza la excitación y el cerebro empieza a enviar sangre a los órganos sexuales mientras recibe señales de las terminaciones nerviosas de las zonas genitales y otras partes del cuerpo.

Entonces, se activa el circuito cerebral del placer, el sistema nervioso autónomo toma el control y el tallo cerebral se activa, liberando una gran cantidad de dopamina, el mismo neurotransmisor que el cerebro libera cuando se consumen drogas estimulantes. En este punto, el cerebro de la mujer y el del hombre reaccionan de manera muy similar. Seguidamente se inactiva la amígdala, responsable del control emocional, mientras se activan el cerebelo, que controla los grupos musculares, el núcleo accumbens que estimula la liberación de dopamina, y la glándula pituitaria, que es la encargada de generar las endorfinas y oxitocina responsables de esa sensación de bienestar y relajación que se experimenta en la fase final del orgasmo.

Para que llegue a ocurrir ese momento de placer también influyen otros factores, tanto físicos y hormonales como psicológicos y emocionales. Y es que, aunque muchas personas no lo sepan, la mente también desempeña un rol esencial en el placer sexual y el orgasmo. Es en la corteza prefrontal, en realidad, donde comienza a gestarse el orgasmo en forma de imágenes, pensamientos o, a través de la percepción de los estímulos. Y es ahí donde, puede bloquearse e impedir que se llegue clímax.

Alcanzar un orgasmo más placentero no siempre es sencillo, pero puedes hacer algunos cambios para mejorar tu experiencia sexual. Primero, es fundamental que te tomes el tiempo para conocer tu propio cuerpo. La autoexploración y la comunicación abierta con tu pareja son claves para mejorar la intimidad. También es importante crear un ambiente relajado y libre de distracciones, lo que puede aumentar la excitación y facilitar el clímax.

Técnicas como los ejercicios de Kegel pueden fortalecer los músculos del suelo pélvico y, a largo plazo, mejorar la intensidad de los orgasmos. Además, el uso de lubricantes adecuados y una buena conexión emocional con tu pareja también contribuyen a una experiencia más satisfactoria.

Al igual que el sexo, el orgasmo tiene multitud de efectos positivos en muchas áreas de tu vida. Así que, ya sea a través de la autoexploración o con tu pareja, no subestimes el poder del clímax para contribuir a tu bienestar. Si estás teniendo problemas para alcanzar el orgasmo, acudir con tu ginecólog@ y psicólogo de confianza te ayudara a resolver esta situación y tener una vida sexual saludable y placentera.

 

 

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¿Qué tengo que hacer ante un duelo anticipado?

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Redacción Psicóloga Violeta Gutiérrez

27 Marzo 2025, Ciudad Camargo, Chihuahua

El duelo no es sólo una respuesta que ocurre después de perder a alguien. Las personas pueden experimentar duelo anticipado, que es el sentimiento de duelo ante la muerte inminente de la persona que está cuidando. Si bien los sentimientos de duelo anticipado pueden variar, no hace que el duelo después de una pérdida sea más corto o más fácil, y puede tener un gran impacto en su bienestar.

¿Qué es el duelo anticipado?

El duelo anticipado suele incluir las mismas reacciones sociales, mentales y físicas que se experimentan después de la muerte de alguien, pero no es tan conocido ni se habla tanto de él. Muchos cuidadores a menudo sienten que no pueden expresar estos sentimientos de dolor y pena antes de que alguien muera, pero no afrontar el duelo anticipado puede afectar negativamente a su salud, así como a la atención que brinda. Es importante aprender a manejar este duelo mientras continúa cuidando a su familiar. De esta manera, puede seguir cuidando a su familiar y, al mismo tiempo, cuidar de sí mismo.

El duelo anticipado es una experiencia emocional profunda, especialmente cuando Ver a un ser querido acercarse al final de la vida. Si bien el duelo anticipado es diferente para cada persona, hay algunas señales que muestran cuán poderoso puede ser, entre ellos:

Encontrarse pensando en el pasado, el presente y el futuro, imaginando cómo será la vida después de su muerte.
Estar en alerta, ya que no sabes cuándo serán tus últimos momentos con ellos.
Sentirse ansioso o triste y pensar en sus propias acciones, en lugar de concentrarse en cuidar a su familiar.
Estos sentimientos son una parte normal del duelo anticipado. Comprender todo lo que pueda sobre el duelo anticipado y cómo afrontarlo le ayudará a seguir adelante.

El duelo anticipado tiene muchos altibajos. Es posible que tenga sentimientos de esperanza junto con la realidad de que la vida de su familiar está llegando a su fin. Considere redefinir esta esperanza y canalizarla hacia metas mensurables, como sacar a mamá de la cama o lograr que papá coma más de una comida. Durante este tiempo, manteniendo su equipo de cuidado y la cercanía a la comunidad es importante.

Para ayudar a afrontar el duelo anticipado, intente completar algunas actividades de la lista de deseos o pruebe todas las favoritas de la persona por última vez. Esto puede ayudar a crear conexiones y pasar tiempo de calidad juntos, al mismo tiempo que les brinda una sensación de cierre. Además, recuerda cuidarte en estos momentos, buscando el apoyo que necesitas y velando por tu propio bienestar.

A muchos cuidadores les resulta difícil seguir adelante después de que fallece la persona que cuidan. Tu rutina diaria ya no está llena de citas con el médico, preparando comidas, o pasar tiempo con la persona que amaba. Está bien sentirse perdido durante este tiempo mientras intenta comprender cómo sería su vida sin esa persona, crea nuevas rutinas y enfrenta los sentimientos de pérdida. Para ayudar a superar el duelo después de una pérdida, considere estos consejos:

Comunica tus necesidades con amigos y familiares u otras personas en su red de apoyo. Diles lo que necesitas y no dudes en pedir apoyo, ya que querrán ayudar.
Reconoce tus sentimientos. Por ejemplo, también es normal sentir cierto alivio después de perder a alguien. Si has cuidado a alguien durante meses, años o incluso décadas, es posible que sientas alivio cuando puedas volver a centrarte en tu propia vida y tus objetivos, y eso está bien.
Recuerda comer y dormir. Puede que no tenga apetito y que le parezca imposible dormir, pero la mala alimentación y el agotamiento solo contribuirán a sus sentimientos de dolor y ansiedad. Haga un esfuerzo por comer bien y trate de dormir siempre que pueda.

Comprender el duelo: antes y después de la pérdida.

El duelo anticipado no reemplazará los sentimientos de duelo después del fallecimiento de alguien. Pero tomar medidas para controlar sus sentimientos puede ayudarle a sentirse más preparado para afrontar la pérdida. Positivamente, el duelo anticipado te permite estar agradecido por tener la oportunidad de decir adiós y crear buenos recuerdos que llevarás contigo para siempre.

Experimentar el duelo (antes y después de la pérdida) es algo con lo que todos lidiamos en algún momento de nuestras vidas. Y vivir el duelo anticipado no significa darse por vencido, sino que reflexionar sobre el tiempo que les queda juntos y trabajar para valorar los momentos que comparte con aquellos a quienes brinda cuidados.

 

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