#MomentosDeFe

Queridos Hermanos: Lucas advierte una nueva etapa en el ministerio público de Jesús, pues ya no será Galilea si no que se dirige a la ciudad Santa. Por ello mismo el nivel de compromiso y radicalidad de su misión serán más marcadas. Y por lo tanto serán necesarias las advertencias a sus discípulos.

Aquel que camina a Jerusalén, donde muy probablemente venía el fracaso humanamente hablando, de su misión, iría lejos de las muchedumbres que lo seguían o lo esperaban. Se toparía con duda, rechazo, actitudes hostiles, violencia, hasta abandono y negación.

Y no es que el Señor busque como objetivo toparse con todo esto. Simplemente sabe que en el ejercicio de su envío, en su misión, todas estas cosas vendrían y Él no las rehúye. Así pues, decidido en esta tarea, emprende su camino y por ello, tendrá que preparar a sus discípulos para esto que se acerca. Se trata de un nuevo reto, donde las exigencias del llamado serán más específicas. El Maestro llama y los discípulos responden, y es así como viene el envío, las exigencias del seguimiento. El primer voluntario dice “te seguiré Señor a donde quiera que vayas”, pero Jesús advierte cómo las aves tienen nidos… mas éste seguimiento es un ir y venir para anunciar la buena nueva, donde no se atraen ganancias humanas, ni ventajas materiales ni sociales. Porque muchas veces así inician las vocaciones impetuosas, generosos en tiempo y creativos en pastoral pero frágiles en la perseverancia y acostumbrados a la comodidad.

Otro dice “déjame primero ir a enterrar a mi padre” que, tradicionalmente interpretamos como aquellos que tienen múltiples proyectos y ocupaciones y anteponen pues todo eso al seguimiento. “Deja que los muertos entierren a sus muertos. Tu ve y anuncia el Reino de Dios”. Jesús no contradice el mandamiento de “honrar a tu padre y a tu madre”, apelamo más bien al criterio de decir: Si esperamos a echar a andar nuestros planes, nuestros proyectos, y después retomar el camino del discipulado, podría ser que no hay intenciones rectas ni sinceras de dejarlo todo, todo a razón de “la mies es mucha y los operarios pocos”, es decir, hay cosas que no esperan.

Uno más dice “déjame primero despedirme de mi familia” y el Señor responde “el que empuña el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios”. Jesús no se opone al gesto filial, pero en aquellos tiempos la familia dejaba la acción casi sólo parcial de la libertad de los hijos. Y servir para el Reino es  consagrase a él. Hay que tener plena libertad para poderlo seguirlo. No solo de los lazos familiares, sino sobre todo de los lazos afectivos, materiales, etc., y más aún si éstos son desordenados.

Pidamos a María Santísima que interceda por nosotros en el seguimiento del Señor, así como ella lo hizo de manera total.

Feliz Domingo! ¡Dios los bendiga!

Pbro. Eber Hernández Soto

Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe

Reflexión de la Palabra de Dios

Primera Lectura.- Eliseo se levantó y marchó tras Elías (1 Reyes 19, 16b. 19-21)

Segunda Lectura.- Vuestra vocación es la libertad (Gálatas 5, 1. 13-18)

Evangelio.- Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Te seguiré adonde vayas (Lucas 9, 51-62)

Tú, Señor, eres el lote de mi heredad. (Salmo 15)

1.- La Vida como Camino. En la primera lectura y en el evangelio de hoy aparece el tema del seguimiento: Eliseo llamado a seguir a Elías; varias personas ante el llamado de Cristo. La vida es camino y vivir es caminar; elegir el camino es elegir la meta. El que diga que de nadie es discípulo y que a nadie debe nada está mintiendo.

Son camino para nosotros todos aquellos a quienes prestamos atención, a quienes escuchamos, en quienes fijamos nuestros ojos, en definitiva: aquellos a los que seguimos.

2.- Resolución: Fuerza de Vida. La actitud de Eliseo, que quema su arado y asa en él la carne de sus bueyes indica un punto de no retorno. Ya no podía él devolverse a las cenizas y recuperar su vida anterior de campesino arando la tierra en la tranquilidad de su parcela. Este acto de resolución interior y su correspondiente gesto exterior marca el comienzo de algo nuevo. Aquí hay un mensaje para nosotros. Jesús pide algo parecido: no mirar atrás; tener verdadera y saludable prisa por la causa del Reino de Dios.

¿Por qué es importante una resolución firme? Porque así como nuestra inteligencia para llegar a entender primero tiene que atender, y sin atención no llega la comprensión, así también nuestra voluntad antes de actuar necesita concentrar sus recursos en un punto. Cuanto más definida es la meta, más eficaz la acción realizada. Por eso el martillo y el clavo logran vencer la dureza de la madera, porque toda la energía se concentra en un punto. En contraste, la dispersión es fuente de ineficacia, y por eso se dice que el que mucho abarca poco aprieta.

Cristo, pues, nos llama a una actitud resuelta y a convocar lo mejor y más firme de nosotros en la causa más noble, bella y fecunda: que Dios reine, que llegue el Reino de Dios.

3.- Una Vida en Libertad. La segunda lectura de hoy nos ofrece un tema complementario que igualmente tiene que ver con la vida como camino. Pablo escribe a los fieles de Galacia: «vivan de acuerdo con las exigencias del Espíritu; así no se dejarán arrastrar por el desborden egoísta del hombre.»

El contexto es la libertad cristiana, y el apóstol quiere enseñarnos la diferencia entre la libertad que viene del Espíritu Santo y la falsa libertad, que en realidad es egoísmo. La primera nos lleva al servicio de los hermanos, sin ataduras de prejuicios o de las restricciones rituales de la ley mosaica; la segunda, en cambio, es ególatra y comodona, y desemboca en cinismo y libertinaje.

Vivir guiados por el Espíritu y vivir en pos de Cristo son sinónimos. Como diría la Primera Carta de san Juan: «el que dice que vive en él, debe andar como él anduvo» (1 Jn 2,6).