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EL AYER ES HOY

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Echamos la vista atrás y entonces nos percatamos como el tiempo pasa de manera vertiginosa; con frecuencia nos cuestionamos como hubiéramos hecho diferente algunas cosas: amar con más pasión y sin miedo a que ese amor termine en lejanía, porque así acaban casi todos los amores, pero entre el inicio y el final es tocar las puertas del cielo y ello hace que valga la pena amar.

El tiempo dedicado a los demás lo entregaríamos en mayor cantidad e intensidad, porque siempre pudimos dar un poco más y haber alegrado los días de soledad de los viejos o compartido la emoción de los niños por descubrir el mundo, haber sido menos indiferentes a ese interés que un día tuvimos y que ya no recordamos; sabes, quizá incluso apreciaríamos más el repetido papá y mamá ( ese que te dicen 1000 veces por día) y lejos de cansarnos de ellos sabríamos que cada uno de esos gritos significaría que cada uno era uno menos para llegar al día donde harán sus vidas y no te llamarán más.

Hubiera tenido más días tumbado en el piso observando el cielo, las nubes o las estrellas; caminar más y usar menos el vehículo, ser conscientes que un día ya no lo podremos hacer, porque así será y en ese entonces el automóvil sera necesario, no antes como no lo han hecho creer;

Echar la vista atrás es reflexionar en que quizá debimos haber vivido en lugares distantes y apasionantes o en apacibles y serenos y que no lo hicimos por apego o por miedo; ello es como ir a un gran buffet lleno de manjares y solo comer un platillo… un desperdicio.

Debí entonces de haber sido más sencillo, más básico y así disfrutado de la naturaleza, pero también más aventurero y así haber degustado del mundo… ser más humano y así haber disfrutado de todos y cada uno de con quienes he cruzado, no haberme quedado con ganas de nada…

Pero sabes, el ayer es el hoy, dentro de diez o veinte años añoraremos y nos recriminaremos lo que no hicimos en el pasado, hoy es el pasado del futuro, entonces… ¿por qué no hacemos una vida intensa? una donde amemos más, seamos aventureros y disfrutemos de lo básico, pero también de lo complejo, que demos más tiempo a nuestra gente y sobre todo de mayor calidad… EL AYER ES HOY.

Iván Eduardo López Campos

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Ideas que pueden ayudarte a lograr tus metas y objetivos y proporcionarte bienestar emocional en este año nuevo 2025

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Nota por: Psicóloga Violeta Gutiérrez

Aquí te traigo 12 ideas, al igual que los 12 meses que tiene un año, puedes adaptarlas y cambiarles el orden respecto a tus propias necesidades, para que sean de mayor utilidad en tu vida.

1. Haz un plan con metas específicas

establecer metas específicas y un plan para llegar a ellas ayudará a fortalecer este último elemento del Bienestar, el sentido del logro.

2. Proponte indicadores para medir avances

Esto te servirá para mantenerte motivado al conocer tus avances cortos de un objetivo mayor, pero también para cumplir tus metas a corto plazo.

3. Finca nuevos hábitos a través de emociones positivas

Cambiar hábitos que están muy arraigados y que cuesta trabajo modificar pueden ser sustituidos por nuevos que estén fincados en emociones agradables como la gratitud, la diversión, la inspiración y la esperanza.

4. Cuida tu diálogo interno: no te hables negativamente

Hay que cuidar mucho nuestra conversación mental, y si no lograste lo que te propusiste hoy, saber que al día siguiente,existe una nueva oportunidad para intentarlo.

5. Busca tu sentido de vida

Una grandiosa forma de iniciar el año es reflexionar sobre tu sentido de vida, tu misión y la razón por la que estás en el mundo.

6. Añade días alegres a tu vida.

Cuando soy consciente de que puedo transformar mi día y darle el giro más positivo, me voy a olvidar del estrés e intentar estar bien conmigo. Conócete, date tiempo para platicar contigo y saber qué te gusta hacer; te va a ayudar a tu sentido de vida, a tu alegría y a ser positivo.

7. Conecta con los que amas.

Rodéate de tus seres queridos, amigos, familiares y personas que te hacen sentir bien, es parte de hacer tus días más felices y mejores. Estar conectado con los que amo y me aman también para sentirme amado y validado, validará tu autoestima y te hará sentir feliz.

8. Une tus propósitos con cosas que te gusten.

Unir tus objetivos a tus valores, a tu esencia como persona y tu autenticidad, combinándolos con  cosas que disfrutes mucho, tomo aquello que me encanta y con base en ello fijo los objetivos que quiero.

9. Comienza a practicar la meditación y el mindfulness

La meditación mindfulness es algo que nos ayuda en muchos aspectos, en la regulación emocional y a mantener mejores hábitos; entender que la alimentación, el descanso y el movimiento nos ayudan a renovar nuestra energía

10. Celebra las victorias de cada día

Sin importar si apenas has cumplido uno o dos propósitos y aún cuentas con metas a corto o largo plazo por cumplir, la auto celebración puede fungir como un motivador a seguir adelante con los propósitos planteados.

11. Modifica el plan, no la meta

Fallar es un proceso en normal, también es posible hacer adecuaciones a nuestros propósitos sin cambiarlos por completo, las situaciones pueden cambiar durante el camino, pero no dejes que esto se interponga en tu propósito final. No te desmotives, las metas son para adaptarse conforme lo que se va viviendo.

12. Enfócate en establecer tus hábitos, en vez de cumplir intentar cumplir tus propósitos de año nuevo.

Mas allá de propósitos uno debe enfocarse en crear hábitos y rituales. La fuerza de voluntad no es suficiente para llevar a cabo tus metas. Por lo que sugiero crear hábitos al mantener una actividad realizándola más de 30 días, dejando que el cerebro adquiera una costumbre que puede perdurar a largo plazo y transformarse así en un nuevo habito saludable.

 

 

Contacto Teléfono: 6484694143

Facebook: Psicóloga Violeta Gutiérrez

Instagram:  psicologagutierrez

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Beneficios psicológicos de la meditación en tu vida

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Por: Psicóloga Violeta Gutiérrez

La meditación es utilizada por las ventajas que aporta para el bienestar. Conoceremos cuáles son los beneficios psicológicos de la meditación, y por qué la psicoterapia se ha inspirado en esta práctica para ayudar a los consultantes.

Los principales beneficios psicológicos de la meditación

Reduce el estrés
Ayuda a mantenerse racional durante las decisiones
Ayuda a mejorar la calidad del sueño
Permite modular el dolor
Favorece la conexión emocional
Puede ayudar a combatir adicciones

¿Cómo empezar a meditar?

Estas son las diferentes maneras en las que la práctica habitual de la meditación repercute positivamente sobre el bienestar psicológico.

1. Reduce el estrés

Este es uno de los motivos importantes por los que varios programas de reducción del estrés usados en psicoterapia se inspiran en la meditación. Y es que meditar implica, hacer que nuestra atención pase de estar centrada en aquellas ideas que nos preocupan o nos obsesionan a estar enfocada hacia el aquí y el ahora, aquello que transcurre en el momento presente. La meditación contribuye a que nuestro foco atencional se libere y deje de estar sujeto a las dinámicas generadoras de ansiedad que sufrimos cuando hay algo que nos mantiene en estado de alerta constante y excesivo.

2. Ayuda a mantenerse racional durante las decisiones

Otra consecuencia de la capacidad de la meditación para llevarnos a estados de calma es que nos facilita la tarea de tomar decisiones sin dejar que la ansiedad y las emociones intensas condicionen nuestro proceso de elegir qué estrategia o acción adoptar. Dicho de otro modo, la meditación ayuda a que tomemos decisiones partiendo de información objetiva y no dándole demasiada importancia a inferencias sobre hipótesis poco realistas perro con facilidad para preocuparnos mucho o seducirnos por sus implicaciones.Esto es muy útil, sobre todo en momentos claves de la vida: elegir un trabajo, elegir una vivienda, decidir qué hacer con una relación personal en crisis, etc.

3. Ayuda a mejorar la calidad del sueño

Meditar también relaja y contribuye a que los síntomas psicológicos y fisiológicos de la ansiedad se reduzcan, por lo que es una muy buena idea dedicarle a esta actividad unos minutos poco antes de irse a dormir. De esta manera, quedan reducidas las posibilidades de sufrir por el insomnio o despertarse frecuentemente durante la noche. La meditación supone una especie de “reseteo” para el sistema nervioso, con lo que es fácil conciliar el sueño dejando atrás la rumiación, las ideas intrusivas, la obsesión por el perfeccionismo, etc.

4. Permite modular el dolor

La manera en la que experimentamos el dolor está mediada por el modo en el que gestionamos nuestro foco atencional. Por eso, la meditación resulta útil en casos de dolor crónico, por ejemplo, ya que sirve para restarle protagonismo al estímulo doloroso, que pierde la capacidad para captar la atención en favor de algún otro estímulo más gratificante.

5. Favorece la conexión emocional

Otro de los beneficios psicológicos de la meditación es que, si bien en el momento de practicarlo no se aplica un gran esfuerzo a reflexionar acerca de las acciones de los demás, sí permite adoptar un distanciamiento emocional que ayuda a ver los hechos de una manera más neutral y libre de presuposiciones y prejuicios. Así, quien medita entra en una mentalidad por la cual se tiende menos a ver dramas allí donde simplemente hay acciones e interacciones entre personas. El hecho de aceptar que nadie es perfecto y que no tenemos por qué obsesionarnos con aspectos como la venganza o la hostilidad contribuye a acercar posturas y a ser capaces de crear situaciones que propicien la empatía, el ponerse en el lugar de otros.

6. Puede ayudar a combatir adicciones

Varios estudios señalan que la meditación puede ser una herramienta muy valiosa a la hora de combatir el craving, esel malestar generado por la abstinencia tras pasar un tiempo sin consumir sustancias adictivas como el alcohol u otras drogas. Es posible que este efecto esté relacionado con la capacidad de la meditación a la hora de inducir hacia estados de relajación y combatir la ansiedad: tras pasar por varias experiencias en las que los síntomas del síndrome de abstinencia se asocian con las sensaciones relajantes y potencialmente placenteras de la meditación, progresivamente se va dejando de temer todo lo que normalmente se vincula al craving.

¿Cómo empezar a meditar?

Hoy en día resulta muy fácil aprender los fundamentos de la meditación y empezar a experimentar sus beneficios psicológicos a corto y medio plazo. Los psicólogos pueden entrenarte en esta práctica tanto en sesiones de psicoterapia como en talleres y cursos realizados para colectivos.

De esta manera, de la mano de expertos en la meditación y las técnicas de relajación asociadas a esta, poco a poco se va adquiriendo soltura y autonomía a la hora de meditar prácticamente en cualquier momento, simplemente buscando un lugar relativamente tranquilo.

Y es que los beneficios de la meditación pueden ser disfrutados tanto en terapia como fuera de ella, una vez se ha recibido el entrenamiento correspondiente. Inténtalo nunca es tarde para comenzar.

 

 

Contacto: Facebook: Psicóloga Violeta Gutiérrez

Instagram @psicologagutierrez

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Cómo hacer las paces y mejorar tus relaciones

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Redactado por Psicóloga Violeta Gutiérrez

Hacer las paces con una persona con la que acabas de discutir nos puede costar tanto como ver a dos boxeadores bajar del ring para ir a dar un paseo cogidos de la mano. La resolución del problema y la vuelta a la normalidad puede ser un proceso complicado en el que el orgullo, el motivo de la disputa, las emociones y los aprendizajes se pueden enredar y dificultar el acercamiento.

El modo en que cada persona experimenta y gestiona las emociones es único recuerda. Hay quienes necesitarán más tiempo para procesar lo ocurrido, asimilar la información y comprender tanto sus pensamientos y sentimientos como los de los demás. Mientras unas personas procesan toda esta información casi de inmediato, para otras su proceso es más lento y necesitan más espacio.

Cómo aprender a discutir para dejar de tener relaciones tóxicas.

Trece cosas que no debes decirle nunca a tu pareja para evitar las discusiones y el desamor. Por tanto, al igual que ocurre con la tristeza y el duelo, cada cual tendrá sus tiempos. Algunas personas pueden necesitar hacer las paces de inmediato, porque quieren recuperar esa sensación de estar bien. Otras, optan por evitar hablar sobre el tema. Necesitan tiempo y espacio para recuperarse del daño y tal vez les cueste más expresarse. Es fácil que más de una vez hayas cerrado en falso una discusión. Que alguien que te ha hecho daño te diga lo siento y piense que con eso queda todo solucionado y todo vuelve a la normalidad. O que hayas decidido darle la razón al otro para evitar que la situación continúe enrarecido. Pero hacer las paces es o debería ser algo más profundo.

Hacer las paces no significa estar de acuerdo, y tampoco darnos la razón aunque algunas veces así sea porque nos damos cuenta de que nos hemos equivocado. Hacer las paces es esforzarnos por comprender los sentimientos del otro y empatizar con los motivos que nos han llevado a discutir. Hacer las paces debería ser sinónimo de comprensión y aprendizaje. Debería ser querer aprender de lo sucedido y seguir adelante, desde una relación fortalecida.

Pedir disculpas puede ser un acto sincero, pero no servirá de mucho si no se hace desde el deseo real de no repetir el mismo comportamiento. Si perdonas un insulto una vez y otra, es fácil que llegue un momento en el que la otra persona recurra al insulto sin pensar que eso va a acarrear un coste. En este sentido, apunta que a algunas personas les puede costar hacer las paces especialmente si en otras ocasiones han experimentado una reconciliación casi inmediata, que lo único que ha hecho ha sido restaurar la situación sin haber aprendido nada de lo sucedido. Si decimos lo siento y esas palabras no están respaldadas con actos, caerán en saco roto y mermarán la confianza de reconciliación.

Si no logras sacarte de la cabeza una discusión, o si el ambiente sigue enrarecido y nadie ha tomado la iniciativa para hacer ese primer acercamiento, es un buen momento para dar el primer paso. Antes de tomar la iniciativa y escoger el momento adecuado, asegúrate de que has reflexionado sobre tu parte. Hacernos responsables de nuestros actos es primordial. Se trata de no aproximarnos al otro descargando en él toda la culpa y la responsabilidad.

Cómo enfrentarte a los conflictos cuando odias la confrontación y no te gusta discutir

La escucha activa es importante, la clave para arreglar cualquier pelea con tu pareja y con tus amigos que siempre funciona. Por qué es un error huir del conflicto: una posición cómoda que puede tener consecuencias negativas para tus relaciones y tu autoestima También es conveniente valorar cómo de importante es para ti la persona con la que has discutido y qué quieres conseguir al hacer las paces. Y, por último, conviene ir dispuesto a ceder en algún punto, en caso de que sea necesario llegar a algún acuerdo.

¿Qué puedo hacer para que sea menos difícil?

Será necesario un diálogo empático y asertivo. Si no somos capaces de ceder la razón y escuchar, no habrá entendimiento posible.

En lugar de pensar por defecto que la persona con la que hemos discutido lo ha hecho con mala intención, podemos empezar por activar la presunción de inocencia, haciendo lo posible por intentar comprender sus motivos.

Es importante tener en cuenta que las personas compartimos las mismas necesidades que nos llevan a querer ser respetados, comprendidos, tenidos en cuenta. Recordar que, igual que nosotros, otras personas también quieren tener la razón puede ayudarnos a comprender que no hay una mala intención de base, sino más bien una necesidad.

Comprender que un momento de enojo muchas veces esconde debilidades, inseguridad y sentimientos de no sentirse capaz nos puede ayudar a comprender desde otro punto de vista. Por ese motivo, haz lo posible por intentar ver más allá de sus gritos, sus gestos y sus palabras. Deja a un lado las formas y conecta con lo que necesita.

Para evitar que el conflicto continue hay que hacer verdaderamente las paces, en lugar de callar, es mucho mejor acordar y programar espacios de prevención para tratar esos temas que nos pueden afectar y gestionarlos desde la calma.

En el momento de hacer las paces, conviene “comunicarnos de manera asertiva, compartiendo nuestras necesidades y escuchar. Estar dispuestos a dejar de ver las diferencias y pasar a ver eso que tenemos en común nos ayuda a ser más flexibles, tolerantes y a cambiar de opinión, cuando sea necesario.

 

 

Contacto: Facebook: Psicóloga Violeta Gutiérrez

Instagram @psicologagutierrez

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